La crisis es una evidencia. El baño que nos dio el Betis fue total. Nos ganaron en todo. La ilusión del gol de Sergio García para ganar el partido fue efímero. Cada vez que el Betis cogía la pelota era para echarse a temblar. Los turrones no serán tan dulces como creíamos semanas atrás pero no hay que perder el norte. Hay que recordar que tenemos peor equipo que la temporada pasada y en los momentos de los cambios planteados por Rubi, se notan.
Hay que volver al modelo que enamoró a tanta gente al principio de temporada, pero con esos once jugadores que fueron capaces de llevar ese modelo a la máxima expresión. Desgraciadamente cuando Rubi debe cambiar piezas el modelo se resiente y la sensación es que no llegamos a lo visto con anterioridad. Las dudas crecen pero hay que tener paciencia. Los proyectos necesitan tiempo para implantarse y esto solo es el comienzo. Tengo un poco de respeto que la crisis nos haya abrazado tan rápido porque salir de ella, lo haremos, pero temo en el futuro volver a entrar de nuevo. Al nivel del fútbol actual cualquier ocasión fallada es una oportunidad perdida y fallamos demasiado cara a portería rival. Si a esto le sumas la poca posesión de balón, pocas posibilidades de ganar tendremos.
Lo peor es acordarnos del pasado y creer vivir otra situación del pasado. La mediocridad es el peor amigo para nuestro club pero para salir de ello se necesita sumar fuerzas de todos los estamentos del club. Llamemos a la calma para pasar estos momentos grises juntos y confiados de que Rubi y sus chicos sabrán cómo salir del pozo donde nos encontramos.
