Marc Navarro ha sido vendido al Watford por, números redondos, el diez por ciento de su cláusula de rescisión. En niveles económicos estilo Gay de Liébana se trata de un negocio ruinoso. Pero esto es deporte, es fútbol, es el Espanyol. Así que da la impresión que el lateral de Badalona está bien vendido.
Cierto es que hace solo un año y un puñado de semanas, Marc Navarro formaba parte de aquella Generación Chen que iba a comerse el mundo (Melendo, Marc Roca y todo lo que venía por detrás). Sin embargo, la nefasta gestión de la temporada 2017-18 ha contribuido a que el bajón no solo sea económico sino deportivo. Navarro no ha tenido ni una pizca de suerte. Ha sido mermado por las lesiones y por una constitución física que no le permite rendir al máximo a no ser que tenga mucha continuidad (cuestión que traía de cráneo a QSF, por cierto). Y no la ha tenido apenas.
Así que se va Navarro y llegarán otros. La rotación es mucho mejor que un anquilosamiento de plantilla que ya conocemos sobradamente. Fue del Espanyol, se marchó a la Damm, se le recuperó, ha dado frutos y dos millones de euros. Nada que decir. Y por detrás pega fuerte Gonzalo Ávila ‘Pipa’ y sigue Javi López, que es el capitán y pinta a importante para Rubi a partir del 9 de julio.
Rubi lo tiene claro. Todas las posiciones dobladas representan 20 jugadores (al margen de los porteros). “Dar un vuelco a la plantilla sería un error”; ha dicho. Esta sentencia no elude la obligación para dar este tipo de bajas, como la de Navarro. Tocará ahora decidir qué hacer con Marc Roca y Melendo. No pueden volver a pasar una Liga como la pasada, entre la grada y la suplencia prolongada. Con Navarro se ha sido rápido y sigiloso. Quién sabe si en unos días nos vuelven a sorprender con un anuncio de este tipo. Sería cuanto menos eso, sorprendente, porque los perfiles de estos dos chicos no sobran. Nunca.