Hace tres años me hablaron de un joven del Juvenil B que se comía el mundo. “Va a ser el futuro central del primer equipo”, me decían. “El Espanyol, si lo gestiona bien, va a sacar mucho dinero por él”, me aseguraban. No tarde en tener la oportunidad de verlo jugar. Me cautivó.
Rápido al corte, dominador en el juego aéreo, sacando el balón con la cabeza levantada… y con solo 15 años. Poco le duró a Javi Chica ese diamante en bruto, que fue escalando categorías gracias a su superioridad. Ese chico, todavía menor de edad, está hoy en boca de todos: Wassim Keddari ‘Simo’. Un central espigado que ha demostrado no arrugarse ante nada ni ante nadie. Tras una pretemporada en la que nos enamoró a todos (a vosotros, que a mi ya me tenía el corazón robado), los ratitos que ha tenido en LaLiga en San Mamés, contra el Valencia CF y en el Civitatis Metropolitano -ojo los rivales y los escenarios- ha demostrado estar más que capacitado para ser titular en el eje de la zaga de este Espanyol. Y más viendo las dudas que ha dejado la línea defensiva hasta el momento. Y todavía más ahora que no está Cabrera.
No voy a insistirles ni a rogarles que se suman al barco de Simo, del cual me he autodenominado capitán. Sé que están en él. Esto del fútbol es cuestión de calidad y superioridad, no de DNI, y Simo ya ha mostrado de lo que es capaz. A veces una imagen vale más que mil palabras, y hace unos días vi hasta dos: una, saltando por encima de todos sus compañeros en una imagen difundida por el club de una acción en un entrenamiento; otra, de nuevo saltando para celebrar el tanto de Darder ante el Atlético de Madrid. Ni CR7 en sus mejores momentos.
La pasada campaña, Simo jugó ocho partidos con el filial. ¿Saben lo que pasó? El Espanyol B ganó siete de ellos y empató otro, con gol del propio Simo en el descuento. Este curso, ha tenido minutos en tres partidos con el primer equipo: los de Diego Martínez no han perdido con él en el campo.
Entiendo que lo quieran proteger, que quieran ir paso a paso con él, pero poner barreras a un torrente como Simo, que muestra tal superioridad a su corta edad, no tiene sentido. ¿Que el chaval falla? Pues es normal, pero también lo hacen los otros centrales del equipo y llevan toda su carrera en la élite; tendremos que darle naturalidad y no matarlo, como hemos hecho con otros. Algún día tendrá que empezar, ¿no?
Tenemos un ejemplo no muy lejos de un chaval llamado Gavi que con 16 años se hizo dueño y señor del centro del campo del otro equipo de la ciudad. Y no es el único de LaLiga: Iván Fresneda (17 años) con el Real Valladolid, Alejandro Balde (18) con el FC Barcelona, Pablo Marín (19) con la Real Sociedad, Arnau Martínez (19) con el Girona FC…
Así pues, la pregunta es simple. Diego, ¿a qué esperas? Déjate de dudas sobre cómo saca el balón jugado o si toma muchos riesgos y acepta la evidencia que tienes ante tus ojos. Simo va a ser el central del primer equipo del Espanyol durante muchos años y, si el club quiere, puede sacar una buena tajada por él. No dejen que se convierta en un nuevo caso Eric Bailly. Míster, dale la titularidad; Espanyol, blíndalo. Es nuestro futuro. Tras muchos años atascada, la fábrica de centrales nos ha dado otro portento. No lo desaprovechemos.