Algo muy común entre los aficionados y todos los que formamos la masa social de un club de fútbol es confundir resultados con dinámicas. Obviamente los resultados no son discutibles, pero con las dinámicas, viniendo de una temporada tan sumamente amarga como fue la campaña pasada, es totalmente comprensible que genere dudas entre el espanyolismo a las primeras de cambio.
No es una cuestión simplemente de exigencia ni de conformismo, es simplemente prudencia, ya que uno de los principales errores de la temporada pasada fue precisamente ese: pensar que habría tiempo a solucionarlo y estuvimos toda la temporada quitando hierro a una situación que ya se preveía grave, prácticamente desde el principio de curso.
Esta plantilla no destaca por saber sobreponerse a las adversidades y ser fuerte mentalmente, sino todo lo contrario. Seguimos sin saber cambiar una dinámica y eso este año es especialmente peligroso. Seguimos teniendo en la plantilla a varios jugadores a los que se les puede leer la derrota en la cara en cuanto el partido se pone complicado y eso es algo que, de ninguna de las maneras, debemos ni podemos permitir.
Por supuesto que esta categoría es muy larga y difícil y como no, costará más de lo que seguramente nos gustaría, pero no olvidemos que el conformismo, las excusas y quitar presión, sería poner la primera piedra al fracaso y este año no hay red de seguridad. No se puede fallar de ninguna de las maneras.