Después de hacer una heroicidad y volar hasta el cielo, toca bajar de nuevo a la tierra y pisar el suelo. Ha sido así desde siempre, sobre todo si no tienes una historia de club grande. Fue un querer y no poder. El Sevilla, con muy poco, nos hizo tres rotos. Aunque se apeló a los héroes de la Copa como Melendo y Diego López, no tuvimos opciones. Muchos creerán que es lo peor que nos podía pasar para el próximo jueves en la vuelta copera, pero soy de los que pienso que es un mal necesario. Los sueños duran hasta que te despiertas y vuelves a recordar quién eres y lo que debes hacer para seguir sobreviviendo. Mañana el equipo ya estará por la labor de afrontar los entrenamientos y la táctica necesaria para tener todas las garantías en el Tutan Camp Nou. Fue una pena perder el partido ya que te enganchaba al tren de arriba y nos daba la ilusión necesaria para afrontar esta segunda vuelta en busca del espejismo europeo.
Pero ya ven como está la liga, te descuelgas y siempre tendrás una nueva oportunidad para engancharte de nuevo. Una liga extraña que sigue deparando sorpresas para todos. Aunque no lo neguemos, todas nuestras aspiraciones como aficionados están en la Copa. Ganarles en Cornellà y pensar en la gran gesta de pasar a semis eliminándolos es un pensamiento porno. Tengo claro que marcar un gol es más que necesario y la valentía del míster en poner un equipo agresivamente ofensivo puede dar con esta opción. Sea lo que sea, nadie nos quitará esta semana victoriosa y orgullo. Pocas veces tenemos placeres de este tipo como para no disfrutarlos. Si la fiesta es completa, el orgasmo será total.
