Decía Quique en la previa que intentarían en Villarreal hacer lo que hicieron en la primera jornada contra el Sevilla y acertó. Un puntazo en uno de los campos más difíciles de España y donde el Espanyol arrastra un considerable gafe.
El míster siguió con su costumbre de no hacer revoluciones y consolidar lo que funciona. Contra el Celta el equipo hizo un gran encuentro y, por primera vez en la temporada repitió once, y eso que el mismo Quique se lamentó tras el encuentro frente a los de Unzué de que algunos de sus jugadores más importantes todavía no están en su mejor momento físico, en cambio los mantuvo a todos sobre el terreno de juego ¿jugó a despistar? quizás.
Ayer vimos sobre el césped un empate a todo. Con ocasiones por parte de los dos equipos, que jugaron con intensidad y se discutieron hasta la posesión, algo a lo que no nos tiene acostumbrados el Espanyol de Quique.
La llegada de Darder, el mejor fichaje de la temporada, por lo menos para mí, ha hecho que el Espanyol dé ese paso adelante desde la defensa. También nos sorprendió el Espanyol por su efectividad y no me refiero a los goles, que no llegaron, sino a que tuvo menos pérdidas de balón que un equipo Champions como el Villarreal, 86 de los pericos por 100 de los grogets.
En cuanto al planteamiento táctico, fue calcado al del encuentro frente a los celtiñas del lunes en Corneprat. Presión asfixiante sobre la salida del balón de los del Submarino, que se las veían y se las deseaban para conectar con sus hombres de arriba, y un rigor defensivo de todo el equipo brutal. Baptistao y Piatti, que volvieron a ocupar las bandas del ataque, asistieron en defensa a sus compañeros de banda y bajaron siempre que fue necesario.
Si el Espanyol se caracteriza por sus rápidas contras, también sabe correr hacia atrás con orden y velocidad. Prácticamente solo en una ocasión los de Escribá contraatacaron en superioridad numérica, y fue ya en el minuto 86’, cuando las líneas estaban rotas por el cansancio y el Espanyol se lanzaba a por la victoria.
Fue uno de esos partidos que saca de quicio a los yanquees que no entienden una competición que pueda acabar cero a cero y que la gente salga convencida de que ha visto un buen encuentro, y es que las oleadas con las que ambos equipos se alternaban el control del encuentro aportaban emoción e intensidad. Tanta que vimos una verdadera lluvia de tarjetas, sobre todo por parte del equipo local que se aplicó con dureza para parar a los espanyolistas.
¿Resistirán los mismos hombres que jugaron contra el Celta y ayer contra el Villarreal para vencer el domingo al Depor que era, a priori, el partido más importante de lo que quedaba de semana? Pues es una verdadera incógnita. Conociendo el pragmatismo con el que acostumbra a gobernarse Quique, parece una contradicción no apostarlo todo al encuentro de casa… tal vez pese a favor de ‘quemar sus naves’ ayer el hecho de enfrentarse a un examigo como Escribá, con el que había compartido banquillo en varios equipos y con el que ahora ni se habla. Quién sabe.
Sea como fuere, tras lo que hemos visto en los dos partidos de esta semana ahora esperamos con impaciencia el del domingo, en casa, donde los de Quique deberán redondear una gran semana con la victoria.
No quiero acabar el comentario sin señalar la relevancia que están ganando los canteranos en ese equipo. La columna vertebral que componen Pau López, David López, Sergi Darder y Gerard Moreno, todos made in Sadrià es una verdadera línea Maginot de resistencia. Pau esta inconmensurable. El Kaiser del Sant Cugat llama a la selección. Darder le ha dado otro aire al equipo y Gerard Moreno se vacía en cada partido por el equipo. Con ellos sobre el terreno de juego tenemos medio partido ganado. Que siga la fiesta.