Un día que metemos dos goles y resulta que el partido es amistoso. Aunque sea de penal, ayer fue un día en el que marcó Caicedo. Para quien no lo conozca, aclararé que es ese ariete que es el doble del protagonista de ‘El equipo A’, aunque por el rendimiento que está ofreciendo hasta ahora podría jugar en ‘El equipo B’… Bien. No nos quejemos mucho que ganamos al Olympique, el LÍDER de la liga francesa. Si nos hubieran metido cinco chicharros ahora estaríamos (seguiríamos) lamentando la debilidad de la defensa, pese a la vuelta del Manito Moreno, y la necesidad de reforzar el centro del campo. Pues nada de eso, porque todo se mide por los resultados. Y se ganó.
Por cierto. Voy a escribir (y ustedes a leer) una frase que pensaba que no la pronunciaría nunca más dentro de mi imaginario perico: la jugada que da pie al penalti del primer gol fue un jugadón de Mattioni. Pero un jugadón. No sé. Lesiones aparte, he visto una luz al final del camino. Parece que tras Javi López y Arbilla van a tener que estar incómodos. Bienvenida sea la competencia. Va, Mattioni, que sabes que te quiero. (Me encanta provocar). Para cerrar el capítulo del partido, acabaré dedicándole unas palabras al entrenador del Olympique de Marsella, Marcelo Bielsa: te despido como lo hiciste. Ciao.
Quedan quince días para la apasionante junta de accionistas y casi el doble (un mes) para Navidad. Ya saben, esas fechas tan señaladas en las que a partir del Puente de la Purísima parece que sea obligatorio que se pare el mundo hasta que no vienen los Reyes Magos. Como diría Ana Belén: sólo le pido a Dios que la junta sea tranquila, que dejemos a las personas hablar desde la primera palabra hasta la última de cada discurso; que no haya abucheos cuando no guste un argumento, que nos fijemos en los países nórdicos que aunque posiblemente sean más aburridos son bastante más civilizados…
También pido sentido común, que reflexionemos por una vez que quienes opinan de forma contraria a nosotros no son enemigos, sino que simple y llanamente opinan de forma contraria, que nadie posee la verdad absoluta y que todos piensen (pensemos) en el club, que al final será el único que va a quedarse porque es el único que pese a lo que pensamos, decimos y escribimos aguantará otros 114 años.