Después de una semana marcada por la posible marcha de Quique al fútbol inglés, negociando su salida por las razones que sean, el míster continuará hasta el final de temporada. Sería bueno una explicación por parte de la dirección deportiva del club para zanjar de manera definitiva el que podía haber sido un problema a media temporada, por eso el partido contra el Athletic y los tres puntos en juego eran importantes para calmar los ánimos de todos. No pudo ser porque el Espanyol no fue el dominador del juego a lo largo del partido, pero tampoco hicieron nada especial los de Ziganda, aunque por momentos, sobre todo en el inicio del juego, llevaron más el peso del juego dominando la parcela central.
A pesar de ello, los pericos tenían superioridad en el centro del campo con tres medios más dos mediapuntas que no eran capaces de hacerse con el balón. Pero estamos de enhorabuena por tener a un jugador como Gerard Moreno, auténtico goleador de un equipo que tiene serias dificultades de cara a puerta marcando el gol que pronto Willians se encargaba de empatar con un remate de cabeza, haciendo justicia al finalizar los primeros 45 minutos. Pero quedaba toda la segunda parte para cambiar la dinámica, y para ello Quique modificó el esquema en el centro, pasando a jugar con cuatro.
Dídac entró por Jurado, pasando al laterazl zurdo y adelantado a Aarón al centro del campo, pero tampoco surtió el efecto buscado por el míster. El dominio era alterno, sin ocasiones claras por parte de ninguno de los dos contendientes; lo más justo por lo que se estaba viendo en el campo era el empate, una igualada que posiblemente no deja satisfecho a nadie pero que no admite quejas por lo visto sobre el verde. Ahora solo queda esperar el partido de Copa con la ilusión de conseguir un buen resultado.
