Cómo se gestiona esta emoción? ¿Qué hay que hacer en este tipo de casos? ¿Será verdad o mentira aquello de que los sueños sueños son? ¿Despertaremos o es que lo estamos viviendo de verdad de la buena? Son preguntas al aire sin una respuesta concreta. No sé realmente ni qué escribir. Son las once menos diez de la noche, el Espanyol gana en Valladolid y, como dice el clásico, se ‘acuesta’ líder de la Liga. Y no tendríamos muchas más cosas que decir…
Sin embargo, tras una segunda parte de resistencia numantina de un Espanyol de versión menor, llega el gol de Verde desde su casa y con un golpeo de cinco jotas. 1-1. El empate no es ni siquiera achacable al movimiento ingenuo de Diego López, ni tampoco a los cambios de Rubi que buscaron mantener como fuera la portería a cero metiendo plomo en el centro del campo. Déjense de historias. Si Verde no engancha ese empalote pata negra el Espanyol sería líder en solitario, y no colíder, habiendo merecido, o no, el triunfo en Valladolid. ¿Esto de qué va? ¿De merecer o de ganar? El Espanyol iba a ganar de no ser porque Verde decidió que ese liderato estaba, como su apellido, aún Verde.
Tras una primera parte que me pareció impecable, adornada por un gol de época y una jugada, el contragolpe del minuto 27, que fue para enmarcar, en la segunda se vio al Espanyol más ‘patidor’. Pareció agonizar. Remó hasta llegar a la orilla con vida. Porque empatar en esta Liga es sobrevivir.
Suficientes análisis han leído ya en La Grada de hoy como para que aquí, en la contraportada, nos pongamos a dibujar flechas y sistemas. No conviene rivalizar con Rubi, porque es mejor que nosotros. “El resultado ha sido justo”, fue su análisis, compartido con el de que el rendimiento del equipo del gran Sergio en la segunda parte fue magnífico. Así que aquí toca acercarse a esa grada, sin artículo, que hoy respira un aire desconocido en las últimas décadas. El Espanyol es colíder de Primera. Este momento, el de ahora mismo con un café y un croissant de sábado, es un instante para usted. Disfrute y no piense mucho más allá. Habrá que ganar al Athletic el lunes de la próxima semana para volver a estar en la historia. Si la peor de las noches es la de ayer, que me den muchas como estas. No nos vayamos a poner sibaritas a esas alturas de la vida… que venimos de donde venimos.