Vuelve la normalidad. Papá ha vuelto. Ya estamos aquí… La definición que ustedes elijan, vale. El Espanyol está de nuevo en Primera división más fuerte de lo que estaba hace un año, y recupera galones en una categoría a la que la pandemia ha dejado groguis a los que allí se quedaron. Esto también vale. Lo escribimos en septiembre y me reitero hoy: el paso por Segunda del Espanyol la va a venir muy bien al club. Ala. Ahora solo tiene que acertar en la planificación. Y en ello están.
El hecho de que la Liga siga controlando el límite salarial en los términos de plena pandemia hace que el plan de acción para el club (y entiendo que para el resto también) sea muy limitado. Los estadios se van a ir abriendo poco a poco, pero la mano de la patronal, no. Así las cosas, el Espanyol arranca estos meses de confección de plantilla atado de pies y manos. Y no me parece ni medio mal. Hace unos meses convenía el perico que habría que cambiar media plantilla para poder sobrevivir en Primera división la próxima temporada. Hoy, quién sabe si porque se sabe que no va a poder ser así, la sensación es que este vestuario y este entrenador se han ganado, al menos, el beneficio de la duda y una oportunidad.
Escribe Francesc Via por esta grada que es la suya que el club debe “construir un equipo que el año próximo salga a pelear con el cuchillo entre los dientes”. No sabía que esto era un ring de MMA y que ya no era fútbol. ¿Sabes Francesc que si vas con un cuchillo en la boca y muerdes te puedes cortar? No creo que sea conveniente empezar con un discurso bélico a tres meses del primer partido de Liga. ¿Qué nos quedará en la jornada 15? No repitamos discursos que no nos funcionaron hace no tanto tiempo.
Con el límite salarial en negativo, el club debe ahora bajar el balón al suelo: acabar la temporada compitiendo porque la Segunda lo merece y los rivales también, renovar a Puado (es vital que empiece la temporada con el contrato firmado teniendo en cuenta que acaba contrato en 2022), vender bien a un futbolista si se puede, encontrar la mejor salida para los que no sirven en Primera división (los hay) y fichar tres jugadores con minutos en Primera. Los buenos resultados llegaran solos porque hay calidad, capacidad y un precedente… El vestuario sabe que no se puede volver a bajar. Y si hay que ir a la guerra, se irá, pero para eso ya habrá tiempo.