No fue un partido brillante. En la primera parte sólo tuvimos peligro en los córners y el gol llegó con la conexión mágica entre Embarba y Raúl de Tomás. ¡¡Vaya dos!! RDT bajó el balón con el pecho y se tomó el tiempo necesario para meter el balón al fondo de las mallas. El tiempo no se puede detener pero hay jugadores que son capaces de tener esa sensación dentro de sus cabezas. El talento tiene esas cosas.
Alargan los segundos de manera insultante, poniendo nerviosos a los mortales, pero todo tiene orden dentro de esas cabecitas privilegiadas.
Así es nuestro delantero. Ya no es la primera vez que parece tomarse un café mientras controla y regatea a todos lo que se ponen por delante en un mini espacio hasta que decide marcar gol. Eso no sería posible si a su lado no jugara un asistente nato como Embarba. Cuando la conexión se sucede jornada tras jornada sin que ningún equipo pueda hacer nada para pararles, es la obviedad de que estamos delante de un binomio excelente.
No hubo más en los primeros cuarenta y cinco minutos salvo una contra del Girona que aún me pregunto qué hicieron nuestros centrales en ese lanzamiento de falta directo de RDT que no nos costó un gol de milagro.
Y llegó la segunda parte y con ella, el desastre. Una vez más el Espanyol se puso a dormir con el primer gol como tantas veces desde que empezó la liga. Por fin llegó el partido del ridículo. Un partido que debe servir para desenmascararnos delante de la pequeña mentira que vivimos. Con talento y calidad individual se puede subir, sin duda.
Pero el equipo no juega a nada. Deja los partidos muy abiertos y si llegan algunas jornadas encadenadas sin ganar, la presión nos abrazará y ya no servirá ni el talento ni la calidad. No nos debe valer el fondo sin la forma. La forma es vital para construir y en esto fallamos en el presente, y sobre todo para el futuro. Debemos dar gracias de que este día haya llegado. Es el momento de construir un mejor juego y empezar a ir con paso firme.
Yo lo veo igual que tú, Dani. Si a esta plantilla y al entrenador se les había pasado por la cabeza que marcando un gol y durmiendo los partidos en la segunda parte podía ser suficiente para subir con la gorra puede ser una buena lección. Recuperar la solidez pero añadir más ambición y más garra debe ser el objetivo del equipo. Yo soy optimista.