Pues sí, fue un partido de dos caras. O de tres. O de cuatro. De cara de enfado. De cara de euforia. De cara de tonto. De cara de alivio. Le vino en la segunda al Espanyol de cara todo lo que en la primera le había salido de culo. Escurrió el bulto Vicente Moreno en la rueda de prensa posterior. Torero como es, le echó un capote a David López, señaladísimo en el 1-0 y a Wu Lei, una sombra cada vez más intrascendente. Pero, aunque no quiso entrar a matar, la realidad no admite evasivas. Él mismo impugnó su alineación cambiando en el 45’ lo que todo el mundo, incluso él mismo, vio ya en el 15’. Lo que acabo de escribir es tanto una crítica como un halago. Rectificar es de sabios Vicente. Y usted es un tipo listo y ya ha visto lo que hay. Repetirlo, ya tendría tintes delictivos.
Si nos dejó preocupados el equipo del primer tiempo, nos enamoró el Espanyol del segundo. Nadie duda ya de que tenemos al mejor delantero de España. Nadie salvo un tipo cuyo nombre rima con tabique, el que le rompió Tassoti. Pero va a tener que meter la cabeza en un cubo para ignorar el clamor. Y si delante tenemos dinamita, en la sala de máquinas hay canela fina. Yangel Herrera gustó. Manu Morlanes impresionó. ¡Qué jugador! No me importa si juegan de 6, de 8 o de 10. Sé que tienen que jugar. Es otro clamor que no puede ser ignorado. Tan rotundo como el de nuestro Supermán engominado. Ayer, viendo el segundo tiempo, los pericos empezamos a creer de verdad que tenemos equipo.
Toca ajustar cuentas con un jugador muchas veces señalado. Porque el punto ayer conseguido hubiese sido imposible sin la rúbrica de Don Diego López. Soberbia parada final a los pies de un tipo de esos que guardan un idilio con la zona Cesarini. Pero esta vez Pere Milla nos hizo casi tan felices como el día que condenó al Girona a quedarse otro año en Segunda división. Diego fue el muro de contención ante el naufragio. Fue, ayer sí, un portero de los que ganan puntos.
No hay tiempo de lamentarse, ni de mirarse el ombligo pues el martes volvemos a la carga. Este Espanyol tiene argumentos para volver a conquistar tres nuevos puntos ante los leones. Ojito que vuelve Williams. Que se queden en casa los racistas, si hay alguno, y sobre todo los bocachanclas, que hay más de dos. No caigamos en trampas absurdas y centrémonos en conseguir una nueva victoria. Se puede y se debe.