Debo reconocer que afronté con bastante respeto el partido de ayer. Y eso que estoy muy ilusionado con la temporada y creo que Rubi y la apuesta por la cantera darán sus frutos. Pero eso de haber ganado todos los partidos de pretemporada y que el Celta no conociera el triunfo eran los ingredientes necesarios para sufrir la primera en la frente. Somos el Espanyol y nos conocemos demasiado bien. Por ello el punto obtenido ayer es más que satisfactorio, sobre todo por la actitud del equipo y la manera de conseguirlo. Se buscó la victoria.
Cierto es que ayer al Espanyol no se le vio con la misma fluidez en ataque que en la segunda parte, por ejemplo, del amistoso más serio de la pretemporada, el del pasado fin de semana contra el Borussia Mönchengladbach. Pero este empate transmitió unas sensaciones muy diferentes a las que recientemente dejaba el Espanyol en este mismo campo de Balaídos. Recordemos que en la pasada temporada empatamos a dos ofreciendo una pésima imagen con Quique en el banquillo. Y otra mala imagen en la derrota por 1-0 en la temporada 2015-16 acabó incluso con la etapa de Sergio González como entrenador blanquiazul. Ayer fue un punto con el equipo buscando la victoria y si no lo consiguió fue porque el Celta del ‘Turco’ Mohamed (le queda mejor ‘Siciliano’) también quería los tres puntos y tiene a gente de calidad. La impresión es que los jugadores tienen ya muy interiorizada la idea del míster y que este camino nos dará puntos.
Me imagino este mismo partido la temporada pasada, con Quique aún en el banquillo, y seguro que el técnico hubiera cuidado el punto como si fuera un gran botín en los últimos minutos. En cambio, ayer el Espanyol apretó en los últimos minutos y arriesgó. Un buen ejemplo de ello es un ataque rápido en los últimos minutos, en el que Dídac no estuvo acertado con el último pase para que Darder rematara. Eso provocó una contra del Celta que hubiera podido causar la derrota. El propio Dídac cortó la jugada con una falta. Esa ambición por buscar la portería rival y la victoria, más allá de jugar en casa o fuera, es algo revitalizador.
Ayer Darder estuvo más vigilado que en los partidos de pretemporada, algo lógico por otra parte. Cuando hay los puntos en juego la cosa se pone seria. Y a pesar de no tener esa fluidez de otros días o de ver a un Darder desencadenado, rompiendo a las defensas con sus pases, sí que se pudo ver la idea de juego de Rubi, más allá de los primeros minutos con un cierto dominio del Celta. Poco a poco el equipo fue creciendo.
Además, pudimos comprobar que el estilo valiente de este Espanyol no implica tener una defensa descuidada, ni mucho menos. El míster insistió ayer en rueda de prensa que el fútbol tanto es atacar como defender y destacó la solidez del equipo atrás. Diego López apenas tuvo trabajo, tal y como sucedió en el otro choque contra un rival ‘serio’, el Borussia Mönchengladbach.
Un defensa, Hermoso, fue el primer goleador del Espanyol esta temporada. El central le ganó la partida a Óscar Duarte y Naldo en la lucha por el ‘once’ y Rubi está dispuesto a que recupere la confianza que le arrebató en su día Quique tras la mala fortuna que tuvo en Leganés. Al marcar sacó esa rabia acumulada y seguro que le dará motivación y confianza para afianzarse en el eje de la defensa al lado de David López. Condiciones para crecer tiene.
Otro con ganas de crecer y consolidarse es Marc Roca, también con el camino despejado tras la marcha de Quique. Además, ya no está tan claro que el equipo incorpore a un mediocentro, muy limitado económicamente, y la prioridad es un extremo. Pinta que tendrá muchos minutos esta campaña. También pudimos confirmar que Hernán Pérez, para Rubi, es muy aprovechable. Lo conoce perfectamente de la etapa de ambos en el Valladolid. El paraguayo entró en el campo en la segunda mitad, ganándole la partida a Melendo.
Y un último apunte para Quique. Si nos lees, que sepas que Piatti puede aguantar más de 60 minutos en el campo.