Machín quiere ver luz al final del túnel, pero cabe una duda: que no sea el resplandor de las sirenas de las ambulancias. Habrá que esperar a Osasuna para valorar la medida exacta de la emergencia perica: el Getafe siempre afea el look de cualquiera. Pero ayer, entre el nuevo error letal de Calero (por Dios, en el minuto 3) y la exclusividad de la estrategia como vía de peligro, se frustró la primera final exitosa de Machín. Un técnico que, todo convicción, no modula su plan, a la espera de que sus pupilos asuman lo que pide, y no al revés.
Mucho lujo en una situación tan dramática parece rebajar así las prestaciones de Roca o Darder; el otro, Melendo, simplemente parece ser carne de jueves. Y eso, en días en que Pedrosa y Víctor Gómez se enfrentan a una carrera de obstáculos permanente, supone un lastre tan evidente como costoso. Insistimos: era el Getafe y el punto contra un equipo ultracompetitivo puede ser bueno. Pero el contexto se vuelve cada vez más hostil (encima, lesiones: Ferreyra, Monito) y hay demasiados jugadores que no se reconocen ni a ellos mismos. Y por no hablar del desgaste físico del esquema Machín, que se cobrará su peaje a la larga. ¿Tremendismo? Sin duda, pero no más que el que dicta la clasificación.
Busquemos la esperanza. Wu Lei, al fin con el bullicio del curso pasado y, al fin, goleador. El delantero oriental generó por sí solo (el gran déficit de los delanteros este curso), aunque es obvio que en invierno habrá que fichar. Y cada vez más y mejor. Y mientras, probar entre semana a los posibles revulsivos de casa: en la Copa, Soni, y en el torneo del KO y Europa, a Moha o Pau, claves en el despegue del B de Gay… o por qué no, hasta a Jofre Carreras, un juvenil de energías e instinto con claro destino en la élite. Su buen partido en el 4-1 al Barça confirmó todas las expectativas. Pero claro, en un 4-4-2.
Más que nunca, la afición ya juega. Pese al silencio final de ayer, su aliento incondicional debe llevar al equipo a una excitación positiva contra el Chimy Ávila y compañía (ojo al dato: los navarros son el cuarto equipo que menos encaja fuera de casa). Ahora sí, se viene una final fundamental. Y hay que ganarla, antes de situar al equipo en partidos a vida o muerte contra el Betis de Rubi y el Leganés de Aguirre. El destino, ese cachondo. Del “com patir” al “competir”: sigan buscando.