Cuando en junio de 1962, Frank Morris se fugó de Alcatraz con los hermanos Anglin, cuidaron hasta el mínimo detalle para alcanzar el objetivo. Un plan como aquel se necesitaba para encontrar el resquicio necesario y ganar los tres puntos donde aún nadie lo ha hecho. Nos quedamos a un paso, el que distingue a los valientes de los timoratos.
Después de ver todas las repeticiones posibles, sigo sin entender el gol encajado. O la física nos jugó una mala pasada o definitivamente saltaron por los aires las costuras de Diego.
Evoluciona favorablemente es un diagnóstico deseado si hablas con un médico y que traslado al partido de Óscar Gil, dueño hasta final de temporada de la galería derecha.
Como el menú de la prisión, tanto David como Cabrera estuvieron sosos y solamente la escasa ambición de los policías de Gallego nos evitó algún castigo peor. Los focos de los vigilantes, les apuntan.
Pedrosa entendió mejor que nunca que en sitios como este debes vigilar la espalda. De notable una semana más. La tarjeta le da la condicional y libra el viernes.
El único pase que interceptan a Keidi Bare da origen al gol del empate. La Virgen de Covadonga hace que un Sporting ramplón juegue con 12. Una puñalada de patio carcelario.
Jugamos en Segunda gracias entre otros a Gallego, que se pasó cuatro meses buscando la tecla. No sé si la habrá encontrado, pero el pianista era Darder.
Melendo, con esas enormes rachas de titular y suplente, encontró la grieta para asistir el gol, como Morris encontró el hueco por el que llegar a la bahía de San Francisco.
No quería quedarse sin premio Puado; el único que creyó que se podía ganar en la prolongación y fue él quien ordenó a Cabrera que metiera el balón a la olla.
Síntomas de rehabilitación en Embarba, que venía de estar en la oscuridad de las celdas de castigo y rompió la pena con gol. Uno de los tipos más peligrosos está de vuelta.
Un Dimata desconectado y desubicado, desaprovechó la oportunidad de brillar en un campo donde el 9 es leyenda.
Cuando el campo parecía cuesta abajo, los cambios rompieron el plan de ganar donde nadie aún lo había hecho; Wu Lei no la tocó, Vadillo tres cuartos de lo mismo, Lluís entró en escena tras un delito que no cometió en Las Palmas y Melamed, el guaje de Sant Adrià, falló una imperdonable. ¿Mérida? Aunque en sus brazos lleva lo mismo que el de Prison Break, no tiene defensa posible cuando has errado todas las decisiones.
No se puede pasar por alto el policía sobornable encarnado en VARón Aceitón. Hizo la vista gorda en todo lo que no le interesaba.
Una jornada menos para el objetivo. No es tiempo para diatribas. Ganar para subir. Próximo enemigo, el Oviedo de Ziganda, un tipo al que apodaban el ‘Cuco’. Con ese mote, Frank Morris también lo habría escogido para fugarse. Y nosotros para escapar de la Segunda división. La condena está siendo dura, pero que nadie dude que volveremos a ver el sol. Ese que brilla en Primera.