No voy a negar que soy de los que cada temporada mira mil veces el calendario y no para de hacer números con la calculadora para ver si podemos llegar o no a algunos de los objetivos marcados por el club o a los que a mí me gustaría que aspirara el Espanyol. Pero con los tres puntos de hoy creo que voy a dejar de hacerlo durante lo que queda de temporada. Como la mayoría de pericos, cuando hago números, sobre todo como los del año pasado intentándome engañar de que la salvación era posible, los realizó utilizando más el corazón que la cabeza. Y así nos salen. Ahora no hace falta que me engañe. Tengo clarísimo que vamos a lograr nuestro único objetivo y, sinceramente, no me importa con cuantos puntos lo logremos ni cuando. Solo quiero conseguirlo y acabar con esta pesadilla que estamos viviendo.
Con los tres puntos logrados en Albacete, el Espanyol le saca ya siete al tercer clasificado, un Almería que nos espera de aquí dos semanas. Una ventaja que deja bastante bien encarrilada el único objetivo que tiene el club que no es otro que lograr el ascenso, aunque aún habrá que seguir luchando por el que nos marcamos en La Grada desde el primer día que no es otro que ser campeones. En nuestra portada del debut liguero titulamos a ‘A Primera, primeros’. Los 67 puntos, a falta de nueve jornadas, son solo tres menos que los 70 con los que subió como primero el Huesca la temporada pasada. Pero, como he dicho anteriormente, no voy a hacer números. Y no sacaré la calculadora porque las sensaciones que transmite el equipo me invitan a no hacerlo. Es cierto que ante el Albacete no completamos un gran partido, pero, aun así, lo ganamos con solvencia. No pasamos apuros y nuestra calidad se impuso.
El equipo llega a la recta final del campeonato, en la que todo se decide para bien o para mal, lanzado. Encadena diez jornadas sin perder y en las últimas cuatro ha sumado nada más y nada menos que 14 goles, mientras que solo ha encajado uno. La confianza que en estos momentos me transmite el equipo, me lleva a pensar que no solo acabaremos primeros, sino que, posiblemente, Raúl de Tomás será el Pichichi, superando a Djuka, y que Diego López le arrebatará el Zamora a Manolo Reina. ¿Se lo imaginan? Pues si seguimos con este compromiso y hambre lo veo posible. Y creo que se puede conseguir porque se ha dado un golpe sobre la mesa. El equipo ha dicho aquí estoy yo y ha puesto la directa hacia Primera. Jugadores como Darder, Embarba o Puado, por poner unos ejemplos, están rindiendo a un gran nivel. Una parte importante ha dado un paso al frente y están haciendo que, en estos momentos, la afición se sienta orgullosa de ellos.
Quedan nueve jornadas en las que no se puede levantar el pie del acelerador. Nueve partidos para seguir pisando gas a fondo y para pedir responsabilidades a final de temporada. Y entonces tocará hablar de Rufete.