El cierre de mercado de fichajes ha dejado, en general, una buena sensación entre la afición del Espanyol. En la encuesta que hemos realizado en La Grada, el 43% considera que la llegada de los cinco refuerzos, Chen Yansheng nunca había fichado tanto en invierno, compensa la mala planificación realizada este pasado verano. La segunda respuesta más votada, con un 36% considera que prefiere esperar a ver cómo responde el equipo. Para acabar están los extremos, un 12% de los que han votado consideran que queda una gran plantilla, mientras que el 10% manifiesta que aún sigue siendo insuficiente.
Considero que, con estas incorporaciones, la plantilla del Espanyol ha dado un importante salto de calidad. Habrá más competencia y Diego Martínez tendrá más fondo de armario al tener 24 fichas del primer equipo ocupadas. Ya no vale quejarse. Este Espanyol tiene plantilla para aspirar a más. Los jugadores que han llegado deben tener protagonismo en el once, mientras que el único futbolista de campo que ha salido Pol Lozano, era el espanyolista con dorsal del primer equipo que menos minutos tuvo con solo 13 en el campeonato liguero.
César Montes, que ya está demostrando que su llegada ha sido un acierto, Pierre-Gabriel, Denis Suárez, José Gragera y Fernando Pacheco han hecho que el estado anímico de los pericos haya cambiado. Hay cierta ilusión. Todo se ve de una manera bastante distinta a la de hace unas semanas. La plantilla es bastante mejor que la que cerró el 2022 empatando en el Spotify Camp Nou, pero también es cierto que ha faltado reforzar alguna posición. El extremo, que ya era una prioridad en verano, ha seguido sin llegar, y la plantilla está huérfana en esta posición. Salvo Aleix Vidal y Lazo, con solo 119 minutos disputados en ocho partidos, no hay ningún extremo de esos que pisan la cal, llegan a la línea de fondo y nutren de grandes centros a los delanteros. En las primeras 19 jornadas se ha echado de menos un jugador así. Y seguiremos igual.
A la espera de que el ansiado extremo llegue el próximo verano, ha vuelto a quedar claro que el Espanyol es un club de extremos. No me refiero al plano futbolístico, sino a que hay opiniones que distan mucho de un punto de vista a otro. Ilusión, cabreo, desapego, confianza, volver a creer… Los estados anímicos han sido muchos. Ahora tenemos una plantilla para mirar más hacia arriba, pero siempre desde la humildad. El sábado hay que ganar a un buen equipo como CA Osasuna, que ha ido creciendo estos últimos años, para ganar confianza y aprovechar que la ilusión que se ha empezado a recuperar tras el cierre de mercado vaya a más.
La confianza es clave en el fútbol, sino que se lo digan a Lecomte, pero hay que pisar con los pies en el suelo. Ni hace un mes éramos un equipo de Segunda, ni ahora somos un conjunto de Europa. De momento tenemos un equipo que conecta con su afición como pocas veces hemos tenido. Y esto no es poco. Hay una base de unos 14 o 15 jugadores sobre los que se puede empezar a construir algo interesante. Pero tengamos paciencia y no nos volvamos locos, ya que los extremos no son buenos. Y por supuesto, vayamos este sábado al RCDE Stadium. La plantilla ha crecido este mes, así que ahora toca crecer en la grada.