Llega el fin de semana y se acumula el trabajo para la afición perica. Lo que antes era un sufrimiento habitual, de los que vienen en el contrato, durante 90 y tantos minutos por conseguir los tres puntos –y no dejarte ninguno por el camino–, ahora se ha convertido en doble sufrimiento. Porque ya no solo tienen que estar pendiente de lo que hace el equipo de Vicente Moreno, qué versión dará, cuántos goles marcará, cuántos encajará, etc., sino que ahora también tienen que mantenerse al día de lo que hace el resto de rivales directos: Mallorca, Almería, Leganés… Ahora las jornadas son de doble partido: el del Espanyol y el del Mallorca (como mínimo) y, o mucho mejora la cosa, o va a ser así hasta final de temporada. Porque no nos engañemos, tan importante es ganar al Sabadell como que Mallorca y Almería empaten esta jornada. Eso tiene su riesgo: el fin de semana puede ser redondo, un desastre o semidesastre. Es lo que tiene cuando las cosas no van bien o no van tan bien como tu querrías. Es en ese momento cuando tienes que mirar lo que hacen los demás, tienes que estar pendiente de otros partidos además del tuyo.
Consciente o inconscientemente en la pericada ya se saca la calculadora a estas alturas. Y no porque queden pocas jornadas, sino porque no vas primero. Es a ti a quién miran por el retrovisor y eso crea incertidumbre, lo quieras o no. Cuando vas por delante solo te miras a ti mismo, ganas tu partido y a disfrutar del fin de semana. Cuando vas por detrás, tienes doble tarea. Y eso es lo que ha conseguido el Espanyol a estas alturas del curso, que la afición empiece a animar al Leganés, al Albacete, incluso al Rayo. Cualquiera que se enfrente al equipo de Luis García Plaza que es a día de hoy quien va líder. Y todo esto, sin perder de vista a los que vienen por detrás. Así que la calculadora no para jornada tras jornada para comprobar cuantos puntos te sacan, cuantos sacas tú al que viene detrás, si ganas y el Mallorca empata le pasas, pero luego está el goal average. En fin, queda mucho, pero las sensaciones parecen completamente distintas siendo primero o segundo, es decir, siendo perseguido o perseguidor.
Celebrar la victoria del Leganés ante el Almería el pasado miércoles como si fueras un pepinero más, viene a ser lo mismo que ganar al Sabadell hoy en el RCDE Stadium. Los nervios irán en aumento a medida que se acerque el final de curso, eso es algo que todos tenemos que asumir. Por lo tanto, cuanto más holgado vayas a ese final, mejor.
Leía esta semana a algunos compañeros de profesión que se sorprendían de sí mismos por estar viendo precisamente un Leganés-Mallorca. No estáis solos. La situación, de momento, es la que es, y mientras el Espanyol no consiga encabezar de nuevo la tabla tocará esperar que Almería, Logroñés, Cartagena, etc. echen una mano.