Quizá tras el anuncio de su incorporación, saber que venía rodeado de un misterio absoluto en cuanto a las cifras de su fichaje y sabiendo que era considerado como el mejor jugador asiático, hizo que los pericos se ilusionasen y que creyésemos que estábamos delante de un gran talento futbolístico. Además, estaba todo el tema de la publicidad y repercusión que iba a tener el RCD Espanyol en China gracias al marketing que generaba el jugador, aunque jamás pudimos disponer de las cifras de lo que había generado, ni en ventas de camisetas, ni en número de socios, ni de la repercusión real que había generado en su país
A nivel deportivo y tras un arranque fulgurante y muy prometedor, se fue desinflando como el resto de los jugadores del equipo y fue miembro de la plantilla de los 25 puntos, la del dudoso honor de hacer el récord negativo en cuanto a clasificación, puntos y que pusieron la guinda descendiendo en el camp nou.
Mostró su compromiso, o eso nos vendieron, queriendo quedarse pese a tener ofertas de otros clubs, pero su paso por segunda fue más que decepcionante y acabó relegado al banquillo y jugando solamente algunos minutos.
No fue mejor su participación en el retorno a primera. Deportivamente ya habíamos perdido a aquel jugador que consiguió agradar a la mayoría curiosamente cuando jugaba con la clavícula rota.
Aún así, muchos pericos le han tenido siempre en gran concepto. Haberle visto por la ciudad deportiva viendo al Espanyol B o posando con su familia en fotos para redes sociales, es algo que a los pericos nos roba un trocito de corazón.
Muchos hablan de él como jugador muy comprometido con la entidad y la ciudad, aunque en casi cuatro temporadas, no ha conseguido decir una frase entera en español ni tenga relación con la gran mayoría de sus compañeros por el problema idiomático.
Todo parece indicar que pone cierre a su estancia en el RCD Espanyol, y saldrá probablemente, con el mismo misterio como cuando entró.
Que le vaya feliz y pese a todo, será recordado con mucho cariño por buena parte de la afición.
Lo del idioma ha sido uno de sus mayores errores. Ha estado un poco justito con ese tema, pero que es importantísimo, ¡capital! Seguramente ahora lo entienda bastante bien y se desenvuelva decentemente, pero a estas alturas tendría que hablarlo de manera fluida y entenderlo a la perfección. Estoy convencido de que eso ha influid bastante. Pero centrándonos en lo deportivo, el jugador está hundido en la miseria en cuanto a confianza. Y no es el único, hay muchísimos que están o que han estado así. Yo creo que este es un dato digno de ser tenido en cuenta y de hacernos pensar cuál puede ser el motivo. Es que, para mi gusto, si un jugador recién llegado ¡de China!, con todos los problemas que eso supone, es capaz de dar un rendimiento más que decente, significa inequívocamente que SÍ TIENE NIVEL. Hay que plantearse por qué entonces ha pasado al ostracismo de manera tan extrema (y repito, no es el único, sino que hay y hubo más).
Y yo seré uno de esos que lo recuerde con cariño y no ponga en duda su implicación. Fue el ÚNICO tras el descenso que dijo que se quedaba para devolver al Mágico a su lugar: primera. Y aunque ha sido muy malo en la toma de decisiones en el campo, nunca se le ha visto desganado y deambulando en el verde, como otros «ídolos».
Gracias por el esfuerzo, Wu. Mucha suerte.