Les supongo al caso la noticia sobre el tweet de la ANC, así que poco mas hay que explicar sobre este asunto, al que dicho sea de paso el club respondió con elegancia. Con todo, que la ANC haya utilizado al Espanyol para realizar una ironía desafortunada no es lo más importante. Lo vertebral del asunto es que la ANC se atrevió a utilizar al Espanyol porque con el Espanyol todo el mundo se atreve. ¿Se imaginan a la ANC publicando algo similar con cualquier otra institución o club deportivo en Catalunya? ¿El Sabadell, el RACC, el esbart dansaire de Sant Just? Obviamente no. Pero con nosotros hay barra libre. De un lado tenemos la medida justa: no somos tan grandes como para que meterse con nosotros constituya un auténtico problema, ni tan pequeños como para que cualquier menosprecio no garantice ninguna repercusión. De otro lado darle una colleja al Espanyol sale gratis. Es el enésimo síntoma de la situación más anómala y esperpéntica que vive no ya un club de fútbol sino cualquier entidad en España. Me atrevería a decir incluso que en cualquier parte del mundo. Al menos del mundo civilizado y libre de apartheid.
Todos lo sabemos, pero es bueno recordarlo de vez en cuando: el Espanyol es en Catalunya un colectivo que se puede humillar desde cualquier institución pública o privada, lo que incluye el derecho a señalar con el dedo a todos sus aficionados independientemente de cuales sean sus auténticas creencias políticas, preferencias sexuales o credo religioso. Y esto es especialmente paradójico en el mundo de hoy, donde se retiran viejas películas de plataformas audiovisuales y/o se cuestionan obras de arte por contener lecturas que desde la atalaya de los años se pueden interpretar como homófobas o misóginas. Donde se censuran todo tipo de discursos y actitudes que puedan considerar una amenaza para las minorías, se permite sin embargo estigmatizar a un club y a sus aficionados sin ningún pudor.
En unos ámbitos le llaman mobbing. Miren lo que devuelve Google cuando le preguntas por el significado de la palabreja: “trato hostil o vejatorio al que es sometida una persona en el ámbito laboral de forma sistemática, que le provoca problemas psicológicos y profesionales”. En otros ámbitos se llama bullying. Si la definición les parece excesiva o frívola, no tienen más que recordar algunos casos sucedidos en el pasado reciente en muchos colegios catalanes. Preguntas de selectividad, comentarios de texto, inocentes clases de música donde se enseña el himno culé en flauta dulce o directamente reproches por parte del profesorado a alumnos que lucen nuestros colores, entre otras muestras de adoctrinamiento puro y duro que la hemeroteca no olvida. ¿Cuántos padres pericos no habrán pensado que es mejor que sus hijos escojan otros colores que les hagan la vida más sencilla? Y aunque les pidamos que no se rindan, muchos lo han hecho durante años.
Es duro, pero como entidad y como personas individuales, hemos aprendido a vivir con ello y aceptarlo, aunque sea la principal amenaza para nuestra supervivencia. Pero siendo duro, es peor todavía lo que dice de Catalunya como sociedad. Nuestra sociedad. Durante años pasamos ante propios y extraños por ser modernos y tolerantes e incluso -antes sottovoce hoy a gritos- tachábamos sin ambages de retrógrados y cavernarios al resto de comunidades del país. Los últimos tiempos se han empeñado en ponernos ante nuestro espejo mostrando nuestras miserias, nuestras grietas y contradicciones. La realidad, que puede verse en muchos ámbitos sociales, es que somos una comunidad cerrada y totémica donde la discrepancia se tolera más bien poco. Y como, les guste o no a algunos, nacimos y vivimos aquí, esta tragedia también es nuestra.
Chapeau Via, Bon Any i que aquesta societat malalta que tenim a casa nostre, canviï d'una vegada a millor.
Francesc, por desgracia , hace muuuuuuucho tiempo que Catalunya dejó de ser moderna y tolerante.
Tota la raò Francesc. Ficarse amb nosaltres surt de franc
Mentres les grans preocupacions dels nostres dirigents siguin la identitat i els símbols, enlloc del benestar de les persones, es produïran aquests actes discriminatoris, malaltisos i, per què no dir-ho, estúpids.
És el que té no encaixar dins el pensament “únic”.
Bueno por lo menos en este artículo se reconoce el fondo irónico del comentario de l'ANC en tweeter. Otra cosaa y con ello estoy de acuerdo con el Sr. Via,es que casi seguro que l'ANC nunca hubiera puesto de ejemplo al Barça. Pero claro en nuestra enferma, de culerismo, tierra, meterse con el Espanyol, sale muy, demasiado barato.
Ho has explicat molt bé Francesc. La societat catalana está malalalta , s'han perdut valors democràtics i s'han substituit per valors totalitaris. Molts sentirán vergonya més endevant, quan vagi dissipant la rauxa.