Algunas consideraciones básicas sobre la situación del equipo y los malos resultados.
Pérdidas de balón
El juego del Espanyol consiste en tener el balón, con un concepto claro: combinar, triangular y progresar hasta llegar a la portería contraria. Un fútbol que agrada al aficionado, pero cuando esto no es posible y el rival te presiona bien, te roba el balón y lo hace, sobre todo, cerca de la zona de influencia, se corre un grave peligro. Hay que extremar al máximo la atención para que esto no suceda y no darle facilidades al rival. Si se pierde el balón, que sea lejos de nuestra área, así el equipo puede rearmarse, y si logra arrebatar el balón, puede salir con velocidad creando espacios para buscar el gol.
La plantilla necesita tiempo
Al Espanyol le ha sucedido como a la mayoría de equipos, que ha cerrado la plantilla en el último suspiro. Los fichajes no han tenido tiempo ni siquiera para conocer a sus nuevos compañeros. El parón liguero les ha permitido trabajar con su nuevo equipo y preparar, todos juntos, el próximo partido frente al Athletic Club. Cuando se recuperen los lesionados (Colotto, Sergio García y Baena) y se acoplen los Simao, Stuani y Longo se podrá conformar un equipo con suficientes garantías para competir en condiciones hasta final de temporada.
Confianza en Pochettino
Me niego a pensar que por no sumar ni un punto en los tres primeros partidos se ha de ser pesimista de cara al resto de campeonato. Entendiendo la lógica preocupación, pero para eso tenemos un entrenador que ha demostrado de sobras que en los momentos difíciles ha sabido llevar al equipo de manera brillante. Hay que confiar en él, en su cuerpo técnico y en los jugadores, que son, en definitiva, los grandes protagonistas.