Señoras y señores, hoy viene el Getafe, ganamos dos a cero y para casa. Este sería el objetivo, esa sería y es mi ilusión. ¿Cómo vamos a jugar este año? Pues no lo sé, amigos. No tengo ni idea de cómo tenemos que jugar. No me hagan opinar si será con un mediocentro, un 4-3-2-1, un pivote, el tribote, un rerebote, la tonta del bote, etc… Miren: hay que jugar ordenaditos. Sí: quiero ganar. ¿Si soy Clementista? Vale. ¿Si soy resultadista? Vale. ¿Dónde hay que firmar? ¿Que qué es lo que quiero? Hombre. Con el material humano que tenemos muy mal no jugaremos.
Todo esto me recuerda aquella famosa anécdota del ‘Magu’, alias José María Maguregui, cuando John Lauridsen le dijo que salía al campo para dar espectáculo. El Magu se giró y le dijo “Mire joven: cuando ganemos 5-0, sale usted al campo y se baja los pantalones. Entonces la gente verá el espectáculo. De momento juegue como yo le he dicho”. ¡Pam!
Quienes no darán espectáculo en el campo serán los Christians y Álex Fernández. Este último ha asegurado que nadie del club le ha dicho nada para que se fuera. Se me ha escapado el pipi de la risa cuando lo he leído. Mira campeón, como no sé si lo vas a leer, pero tarde o temprano te lo dirán y lo leerás, que sepas que cuando crezcas como profesional, como persona madura, como persona seria que quiere ganarse honestamente la vida con este deporte, vuelves y hablamos. Si sigues viviendo del divino toque con el exterior de la zurda que crees tener, espero que el Espanyol te diga ‘vuelva usted mañana’. Asegura el pájaro (que no el periquito) que muchos jugadores españoles están allí, que merece la pena ir, y que es una gran oportunidad; que todos con los que ha hablado le cuentan que el club “es una cosa increíble”. Perfecto. Y dejas la ciudad de Barcelona. Y dejas la playa que tienes al pie de la ciudad. Y dejas la montaña que la tienes a 50 kilómetros. Lo que no sé es cómo alguien del club no le ha agarrado del cuello y le ha dicho cuatro palabras. ¡Ah! El club se llama Reading. todo un paraíso y una excusa perfecta para no pegar sello durante un año y vivir del cuento.
Ahora lean el titular de Marco Asensio, que dijo ayer: “Vengo al mejor equipo para crecer como futbolista”. Un 10, noi. Es que ya no hace falta besar el escudo (ya lo hizo simbólicamente cuando desestimó todas las propuestas para recalar en Cornellà-El Prat) ni decir que ha sido periquito desde pequeño. Eso es compromiso. Y la última: ¿se han dado cuenta ustedes que la cresta de Thievy ya casi sobrepasa en altura lo que mide su cara?