Con la llegada de Galca y un inicio tan prometedor, intentando hacer un juego vistoso y muy de ataque, llegaron las victorias contra el Levante en Copa y Las Palmas en Liga ,y parecía que se había dado con la tecla para acabar con los males del equipo, pero la realidad fue otra. Con el paso de los partidos se iba perdiendo fuerza y aunque las ideas eran claras, la respuesta en el terreno no invitaba al optimismo; errores en defensa y en la salida del balón. El centro del campo trabajando a destajo pero en inferioridad con el rival, y cuatro efectivos en ataque poco resolutivos de cara portería. La consecuencia de todo ello era pérdidas de partidos y viendo con el tiempo muy de cerca la parte baja de la clasificación hasta el punto que empezaba ha cuestionarse la labor del mister. Los jugadores salieron al paso defendiendo que el trabajo era bueno y que vendrían los resultados y efectivamente llegaron, pero con un cambio claro a la hora de afrontar los encuentros.
Gran reacción
No quedaba otro remedio que darle un giro a la filosofía inicial y pasar a ser un equipo más protegido en defensa y esperar que los de arriba con calidad fueran efectivos de cara a puerta. Para ello se reforzó la línea del centro del campo con tres jugadores de corte más defensivo y de mucho trabajo para desbaratar los intentos de creación de los contrarios y al mismo tiempo dotar de una mayor seguridad a los defensas por el sacrificio de éstos. Solucionando este aspecto quedaba el más complicado: el de marcar goles. Entraban en acción tres de los cinco posibles atacante: Hernán Pérez, Caicedo, Burgui, Gerard Moreno y Asensio. Bonita misión la de Galca la de escoger y acertar en cada partido cuáles serían los titulares y dejar dos de ellos en la suplencia. Con el cambio de sistema empiezan a llegar los resultados en forma de victorias y sacando al equipo de las tierras movedizas en que se encontraba. Solo una derrota contra el Betis y un empate contra el Granada, curiosamente en los dos partidos en que por circunstancias Galca volvió ha jugar como lo hacía en su inicio, es decir, con los cuatro de arriba y dos pivotes. También podemos decir que el juego no ha sido brillante, pero si que los jugadores se han encontrado mucho más cómodos haciendo esta labor a pesar del gran desgaste que realizan a lo largo de los minutos.