Acabo de leer el artículo del Maestro Oliván, titulado ‘Política y Fútbol’. Debo significar, en primer lugar, que estoy absolutamente de acuerdo con él en lo que se refiere a sus manifestaciones de índole generalista sobre ambas profesiones. Que la hipocresía es el santo y seña de las dos no le cabe la menor duda a nadie Hay demasiados intereses, legítimos unos, y espúreos los más, que están reñidos con la honestidad. Pero no todo es blanco o negro. Hay infinidad de matices. Y en el caso que nos ocupa, la no presencia de Artur Mas en Montilivi, para irse a gozar de las mieles del triunfo de Zipi en Berlín, hay mucho que decir.
Voy a hacerte, amigo Oliván, una afirmación arriesgada: este perico irredento que soy yo, si hubiera sido Presidente de la Generalitat de Catalunya, también hubiera estado en Berlín. La razón es obvia: el escaparate internacional que representa una final de la Champions en el mundo es sólo comparable a la de una final de la NBA, o a una del rugby americano. La posibilidad de dar a conocer a Catalunya en el concierto internacional de las Naciones era, por tanto, única. Aunque fuera a través de Zipi. Su obligación, además de su placer, por supuesto, era estar allí. Pienso escribir un artículo más adelante sobre el Girona, el Llagostera y el Nàstic, donde pienso abundar en todas tus consideraciones anteriores. Pero el día de Berlín no ofrecía otra alternativa. Catalunya (a través de Zipi, sí, mal que nos pese) ocupó páginas y páginas en toda la prensa internacional y alumbró millones de imágenes en todas las televisiones del orbe. El deber de NUESTRO PRESIDENTE, porque es el de todos, incluso de los que no le votamos, era estar allí..
Otro sí, decirte que no estoy de acuerdo tampoco con un comentario tuyo. En contra de lo que tú piensas Zipi (para desgracia nuestra) es a Catalunya lo mismo o menos que Zape para España. La propaganda franquista, la de la transición y la de la actual etapa democrática se sirve de Zape para promocionar España tanto como Catalunya usa a Zipi para darse a conocer. Es evidente que tú y yo diferimos en lo que se refiere al status político que debería tener Catalunya en el mundo. Yo la quisiera ver en las mismas condiciones que a Dinamarca, a Ecuador o a Japón. A ti te va bien como están las cosas. Eso no impide ni impedirá que seamos amigos, pero nos hace ver las cosas desde puntos de vista completamente distintos, es más, totalmente opuestos. Catalunya comete muchos errores. La necesidad de tener instituciones fuertes, de alumbrar personas competentes que puedan competir a nivel de igualdad con las del resto del globo terráqueo, nos hace cometer injusticias tan flagrantes como el excesivo y pecaminoso abrazo al que se han entregado con Zipi nuestros políticos, Pero te aseguro que en el mundo del teatro, de la escultura, de la pintura, de la industria, de la construcción del fomento, etc., etc. sucede exactamente lo mismo. Uno que sea grande, pero que sea catalán. Yo no comulgo con esa filosofía, pero así son las cosas.
Espero que el año que viene nos podamos tomar unas cervezas celebrando alguno de nuestros -todavía- pequeños triunfos.
Endavant les atxes, Espanyol!