David Gallego es el hombre de esta temporada. No solo ha hecho una liga histórica en Tercera División, sino que ha sido capaz de dotar de fundamentos al primer equipo en su trayectoria final y volver a sentarse en el banquillo del B para subir al equipo de categoría. En la vida uno tiene que tener suerte. Y muchas veces llega en forma de oportunidad para demostrar su valía. Y las oportunidades se aprovechan o lo hacen los próximos que llegan.
El míster ha estado sensacional con su camaleónica personalidad para seducir a jóvenes y veteranos con su valiente propuesta futbolística. El primer equipo estaba enfermo, no admitirlo era faltarle al respeto al socio. Por suerte, el alquimista Perarnau tuvo que ponerse manos a la obra. Muchos pensarán que fue tarde, pero no hay que echarle en cara intentar salvar a un ser querido con una medicina. Finalizado el filial con el ascenso, cabe pensar en una semana de nuevas noticias.
La confirmación de Rubi para el primer equipo es un hecho. Rubi es una persona metódica, optimista, cercana y se hace querer. Buen gestor de grupo y muy táctico. Un entrenador total.
Con él llegará también Xavi Gil, el preparador físico y hombre de confianza del técnico. Xavi es un hombre directo, claro y sin tapujos. Luchador como pocos. Hombre de convicciones fuertes, lleno de sueños que no ha parado de trabajarlos hasta verlos materializados. Forman un tándem especial. Un tándem que debemos sentirlo nuestro. Vuelven a casa después de ganar kilos de experiencia a lo largo de los años. Por fin les llega la gran oportunidad. Una oportunidad para gente de la casa, para una gente feliz de regresar. A mí hace años que me enamoraron y no tengo dudas de que también les conquistaran. Tengamos paciencia, porque con ellos ya hay algo garantizado, se van a dejar la vida para sacar lo mejor que tienen dentro y convertir al Espanyol en lo que todos soñamos. Ellos son felices de volver y nosotros también de su regreso.