La competición liguera vuelve tras un insólito parón de mes y medio. Y el Espanyol lo hace a lo grande. Con el derbi, un partido que no tiene nada que ver con el resto de encuentros. Es cierto que no es lo mismo disputarlo en el RCDE Stadium que en el Camp Nou, pero sea como sea el equipo tiene una gran oportunidad para que cerremos el año con una sonrisa de oreja a oreja. Y de paso nos despidamos, momentáneamente, del feudo azulgrana, ya que no podemos olvidar que la próxima temporada jugarán en Montjuïc, ese estadio del que tanto se rieron durante nuestra etapa allí.
Sé que hay bastantes pericos, entre los que me incluyó, a los que les está costando volver a la normalidad futbolística. Muchos no sabían ni que jugábamos dos amistosos en las últimas semanas. Pero no hay mejor manera de conectar que con un derbi. Yo ya estoy con muchas ganas. Y es que el derbi, estemos como estemos, me pone. La historia dice que el campo azulgrana no es nada asequible, pero también que la última victoria fue cuando nadie lo esperaba. Siendo colistas y ellos líderes. Así que cualquier cosa puede pasar. Y cuando digo cualquier cosa, no me olvido de los árbitros que siempre suelen hacer que sucedan acciones polémicas en estos partidos. Y siempre se decantan hacia el mismo lado. Pero ni eso me quita la ilusión en las horas previas.
En última portada de un derbi que publicamos en Diario La Grada titulábamos ‘Sal con huevos’, con un bote de sal y un par de huevos, y esa debe ser la actitud. Salir con compromiso. Con respeto y sin miedo. Y ya que Xavi Hernández ya dijo que salimos a provocarlos, pues si hay que hacerlo, se hace y punto. No solo es fútbol lo que ellos predican. Y si a los jugadores les pido que no se amilanen, también se lo diría a la afición. En lo que queda hasta el partido, presumamos de nuestros colores y demostrémosles que somos diferentes. Nada ni nadie nos puede hacer perder esta ilusión. Como quedó demostrada este miércoles en una Dani Jarque donde se volvió a mostrar un gran sentimiento perico.
Ya que he hablado de portadas, me gustaría recordar una que publicó el diario Blanc i Blau hace unos 20 años. ‘Ayudémosles a hundirse’, con el Camp Nou partido y hundiéndose. Fue muy arriesgada. De valientes, pero causó impacto. Y eso es lo que tenemos que hacer. Demostrarles que estamos más vivos que nunca, aunque nosotros sepamos que hemos de mejorar en algunas cosas.
Feliz Año pericos y ojalá que la Nochevieja sea inolvidable