Ni truco ni trato. Castañazo y una sombra muy alargada la que deja Raúl de Tomás en un equipo bipolar que sin su delantero referencia evidenció estar perdido. Y eso es lo que da más miedo, que el madrileño no tiene recambio. Aunque tampoco asusta poco la versión que está mostrando este Espanyol a domicilio.
Incomprensible. Como lo es también esa manía tan típica de este equipo de ser el equipo aspirina, de dejar pasar oportunidades inmejorables para dar pasos al frente. Ya saben, podría haber pasado al Barcelona en la tabla. Pero no, sigue ahí ese Espanyol de siempre que parece volverse bueno ante los buenos y malo ante los malos. Y así, lo siento mucho, no se avanza, no ganando a equipos con una plantilla peor que hasta la fecha no había sido capaz de ganar ni un solo partido.
Nos estaba esperando a nosotros para ello. Conocían bien ese síndrome de Robin Hood que tiene un cuadro perico que es capaz de robarle puntos a los grandes para después regalárselos a los más necesitados. Somos así, empecinados en vivir un eterno idilio con el fracaso. Con fallar cuando no se debe.
Hubo que frotarse más de una vez los ojos en el tramo inicial porqué en el campo parecía que había el doble de futbolistas azulones que rojos -el Espanyol ayer vistió con su segunda equipación-. Se notó que la necesidad aprieta, y que en el ADN de los madrileños sigue habiendo algún gen Bordalás. El antifútbol tuvo su cuota de protagonismo, ese otro fútbol que este Espanyol no domina. Y Quique Sánchez Flores tuvo su revancha ante su exequipo, en el cual varios de sus jugadores optaron, coincidiendo con Halloween, por desaparecer cual fantasmas.
Y eso nunca es una buena noticia para un plantel con más errores de los que gustaría y que tiró por la borda un encuentro en que en ningún momento hubo sensación de que podía ganarse. Frustrante. Porque el sentir es unánime: Así no se puede perder.
Estrellados
Como los incontables disparos de Embarba en la barrera. No hay manera. Como tampoco que en este equipo sobresalgan los teóricos suplentes. Este encuentro era una gran oportunidad, entre muchas otras cosas, para que varios futbolistas, como puede ser Loren Morón, se ganaran la titularidad y le generaran a Vicente Moreno un bendito problema. Pero lamentablemente fue todo lo contrario, le demostraron que, por ahora, de ninguna manera pueden ser la alternativa que necesita un Espanyol carente de argumentos y fútbol en el Coliséum Alfonso Pérez.
En esta ocasión, para desesperación de todos, tocó cruz. Se constató que los que recelaban de este envite no eran cenizos, sino realistas y gatos viejos. Esto ya lo hemos visto demasiadas veces durante nuestros 121 años de historia.
Vicente Moreno salió la palestra y asumió toda la culpa del descalabro, pero lamentablemente eso no cuela. Su error en el planteamiento puede influir, obviamente, pero aquí el principal problema es que muchos jugadores, como decíamos anteriormente, no estuvieron a la altura y parecieron mu- ñecos de trapo en manos de un equipo que estaba negado y hundido. Que cara a puerta no atinaba, pero ya se encargó el Espanyol de subirles el ánimo y darles vida.
Porque no puede ser que sean tantos los partidos en que el portero sea de lo más destacado del equipo. Diego está bien, ya lo sabemos, pero tampoco hace falta que en cada partido sea determinante. Al gallego no le tiembla el pulso si tiene que ser protagonista, pero más vale no tentar a la suerte. Porque al final, tanto va el cántaro a la fuente que ya saben… se acaba rompiendo
Nueva decepción y a seguir pensando en que Granada puede ser el bálsamo que tape el enojo que dejan partido de este calibre. Partidos infames que impiden que este equipo acabe de desplegar sus alas. Partidos que señalan a algunos y evidencian cosas que ya se sabía, pero que cada vez se constatan más, como que Dimata no puede actuar solo arriba, que lamentablemente Nico Melamed no funciona saliendo de inicio, o que cada error defensivo le sale excesivamente caro a un Espanyol que cuando le toca ir a remolque normalmente se le funden los plomos.
Todavía queda un mundo y hay margen de mejora, pero solo con ambición, de lo que ayer se careció, se logrará algo.
Como puede ser que Embarba juegue todos los partidos de titulat cuando su rendimiento esta bajo cero?como puede ser que Melendo sea titular casi todos los partidos cuando su rendimiento es 0? Para que trajeron a Vadillo entre VM y Rufete si no lo ponen ni 1 minuto?. Para que trajeron a Calero si no juega aunque los dos centrales lo hagan de pena? Aleix Vidal de lateral aunque no lo sea? Y para que cedieron al vhaval Gomez al malaga? Miguelon volvera a jugar algundia. VM principal culpable de lo que pasa, ni sabe plantear los partidos ni sabe imponerse a estos jugadores vagos y pasotas, que les importa cualquier cos menos luchar en el campo. De verguenza.
Saludos cordiales, señora Mendoza:
El partido de Getafe nos demuestra dónde está el límite de esta plantilla. Y, probablemente, el límite de la Dirección Deportiva.
Este problema lo vamos a tener cada vez que tengamos un carrusel de 3 partidos en una semana. No quiero pensar en lo que sucederá cuando llegue la Copa del Rey.
Esto va de regularidad, y si no se tiene fondo de armario (o valor para dar oportunidades a los chicos del B), no se va muy lejos (o peor, aún, se vuelve por donde se ha venido, que deseo que no sea el caso).
De momento, la responsabilidad es del Míster, que es quién tiene que motivar a la plantilla, y administrar minutos y oportunidades. Si hace como J&B Toshack en su día (los mismos 11 cabr****s) porque "esto es lo que hay", mal vamos.
Es aquí, en especial a partir de enero, donde entra la responsabilidad de la DD (o sea, Rufete), que es quién tiene que detectar quién no está por la labor de competir, abrirle la puerta de salida y traer a alguien que sí ofrezca interés por ganarse un puesto en once inicial.
Tal vez entonces, dejemos de ser el Equipo Paracetamol. No quiero usar el otro término "aspirina" porque pertenece a cierta farmacéutica alemana, propietaria de un club de fútbol, de cuyo infausto recuerdo no quiero acordarme.