Treinta y seis puntos nos dan para varias lecturas; por ejemplo que estamos a cuatro partidos de la gloria y del infierno; es decir, a doce puntos de clasificarnos para la Champions. Es cierto, son muchos. Estamos a doce del descenso (o de la permanencia, que suena más suave); por tanto, tambien son muchos. Apreciarán que no he pronunciado el nombre del viejo continente: ya sabemos que eso es gafe para pericos y chipriotas.
Tenemos ese eje del mal que sin embargo nos va muy bien: Verdú, Simao, Sergio García, Stuani. Aquí se trata de hacer goles y la sensación es que ahora, cuando la bola está en el otro campo, pueden pasar cosas. Ayer empezamos el partido ganando contra un rival, ese sí, de Champions. Tendrá mérito por tanto haberle arrebatado a la Real cuatro puntos entre la primera y la segunda vuelta. Todo un ejemplo a seguir el del equipo vasco: ayer, sin dos de sus titulares, el portero y el delantero, Bravo y Vela, fue un equipazo. Su once inicial, a excepción de Alberto De la Bella, hecho en la Gramanet, todos formados en Zubieta. Momento ideal para seguir el ejemplo con la gran actuación de nuestros equipos en el MIC.
De los nuestros, otro diez al Vasco Aguirre. Por lo que hace durante y después de los partidos. Ya se lo dije el otro día personalmente en un encuentro fortuito en Sants Estació: gracias por su compromiso con el club y por su manera de ser. El perico requiere de buenos profesionales y con lo que tiene enfrente, de relatos optimistas. Por ejemplo, Aguirre padeció lo que aquí se bautiza como una luxación de codo; aunque para él fue “un corte de mangas perfecto”, traducido en el argot mexicano como “que chinguen a tu madre”. Espectacular. Lo del filial tambien es de matrícula. Hace tres meses el equipo estaba en Sancho Dávila y tomó las riendas Manolo Márquez. Con el plantel que se encontró, y donde está ahora, estoy convencido de que si le dan quince partidos más asciende directamente dos categorías.
Así que todos somos unos héroes; el entrenador, todos los jugadores (que han hecho otro gesto con la maltrecha economía del club blanquiazul), los seguidores que ayer acortaron sus vacacaciones para poder ir al estadio y también los avaladores (Dani y Condal, sí) del nuevo crédito. Ay… ¡si un día fueramos todos a una!