El Espanyol tocó fondo en Balaídos. Es indefendible. No hay por donde cogerlo, de situación límite. Difícil jugar peor, yo diría que imposible. La primera parte del equipo volvió a ser desesperante. Los errores, los de cada partido: nulo poder organizativo, escasa mordiente ofensiva y preocupante desconcierto en el medio campo, especialmente en el doble pivote. Por destacar algo positivo, Antonio Raíllo fue de lo mejor, superando las pobres actuaciones de Roco y Ciani. Pero tengo la sensación que los equipos rivales, con muy poquita oferta, saben que te pasarán por encima. Y, para colmo, la incorporación más ilusionante, en el banquillo. Marco Asensio llegó con aureola y maneras de crack y este Espanyol lo está fulminando, hasta convertirlo en carne de banquillo. La segunda parte fue todavía peor, de puro patetismo, de vergüenza ajena. El Celta, con un jugador menos, dio un recital de juego y ambición. Mereció golear a un rival inconsistente, un auténtico juguete futbolístico. No se puede jugar peor.
La semana pasada escribía que Sergio debía replantearse ciertas situaciones y rectificar. Anoche, la nave volvió a naufragar. No se puede permitir que un rival, con diez jugadores, te pase por encima como una auténtica apisonadora. Con esta plantilla tampoco es lógico jugar al patadón, con jugadores estáticos, que van a la deriva y pululan por el campo. Mi opinión es que la actual plantilla, reforzando la zaga, puede rendir mucho más, tiene mayor nivel que el demostrado en los últimos encuentros. Anoche, tras el encuentro, muchos socios solicitaban la cabeza del técnico. Personalmente, siempre he confiado en las decisiones de Oscar Perarnau y continuaré haciéndolo, a las duras y a las maduras. Oscar sabe mejor que nadie cómo abordar el tema, ya que conoce la situación interna del vestuario mucho mejor que cualquiera de nosotros. A partir de ahí, que actúe con responsabilidad y elija la mejor decisión para el club y su futuro.
Y ahora que se acerca el mercado de invierno y la posibilidad de reforzar la plantilla, es necesario buscar alternativas. Tal y como se han desarrollado los acontecimientos, desde el inicio de temporada, considero que resulta imprescindible la llegada de algún jugador que mejore el trabajo defensivo. Tras la marcha de Héctor Moreno, el Espanyol ha perdido contundencia y liderazgo en la retaguardia. Ni Ciani, ni Roco han dado la talla y Raíllo, que anoche se marcó un partidazo, necesita un margen de confianza y tiempo para madurar. El cordobés puede llegar a ser un magnífico central, pero necesita un periodo lógico de progresión y no lanzarle directamente a la jaula de los leones de manera prematura. Y si Rober Correa o Joan Jordán siguen en el ostracismo, no estaría de más buscarles una cesión para no frenar su progresión. A cierta edad hay que jugar cada domingo y acumular minutos para mantener la forma y no estancar la carrera, como les ha sucedido a tantos y tantos jugadores.