Casi sin darnos cuenta y tras un año sumamente extraño, nos hemos plantado en septiembre, a las puertas de comenzar la temporada, sintiendo el amargo sabor del trago que supone mirar el calendario y constatar una vez más que estamos en Segunda división.
Una vez aceptada la situación, vemos que todavía no existe la tan anunciada (como necesaria) “revolución” de la plantilla y que muy probablemente vamos a tener que comenzar el campeonato con la mayoría de jugadores que la temporada pasada consumaron el desastre más importante de nuestra historia.
Esto es muy probable que suceda, pero hay que valorar que el plazo límite para confeccionar la plantilla no se produce al comienzo de la competición, aunque esto siempre sería lo más lógico, sino que el límite lo marca el cierre del mercado.
Quedan muchos movimientos por determinar. Jugadores importantes deben salir, del mismo modo que se incorporarán futbolistas que serán claves para conseguir el objetivo.
Debemos mentalizarnos que la mayoría de estos movimientos se producirán con la competición en marcha. Mantengamos la calma. Sea del modo que sea, somos el enemigo a batir para todos los rivales, y Vicente Moreno lo sabe.