Cuando la descendencia de nuestra descendencia se asome a este incomprensible hoyo perico nos inspeccionará con un rictus perplejo y medio guasón: “¡Menudos pringados éramos!” Hablo de este Espanyol raquítico y aún aturdido después del trompazo, no del que en tres semanas ya será otro (entre otras cosas, porque no hay otro remedio). Hablo de este Espanyol de ayer, el que prescindió del sentido común con que bota una pelota, que se borró de la lógica del negocio donde solo los eficientes sobreviven y que hizo todo por eludir la suerte del hallazgo de un rubí. Este Espanyol que se va. Un Espanyol que sólo se importaba a sí mismo en sus rarezas, cuando no miserias.
Serán nuestros sucesores debates futiles, discordias alargadas y fantasmas a los que nunca se les deja ir: ya está, ya pasó; a otra cosa, mariposa, ya basta de lodazal. Verán a pericos con la especialidad de esta casa, que no es otra que el machacar por un inconformismo de vuelo corto y tardío: ¿a qué, ahora, tanto sainete, tanto insulto inútil, tanto hartazgo que a nada puede llevar ya? Ahora ya es de noche. Ahora ya es mañana. Ahora toca futuro… y lo demás, “bye-bye!”. Deshinchen los humores y que circule el aire fresco, no vaya a ser que lo rancio sea una cosa demasiado nuestra: de todos. Del Equipo del Oxígeno… a la banda del Dióxido de Carbono. Au! Dejo aquí este exorcismo por si lo encuentran, de aquí a 50 años y en medio de tanto retortijón, los hijos o las hijas de mis hijos. Proclamo que Vicente Moreno será una solución: cura déficits (garra y sentido común en las formas y los posicionamientos), emana liderazgo y, encima, enmudece al ruido: se ve que este año nadie viene a resaltar cómo habla el míster perico: curioso. Este Espanyol se mueve y da galones, por fin, a la autocrítica exigente. Es noticia el nombramiento de Sergio Aguilar (ex de Futur Espanyol) como nuevo dircom. Estimulante inconformismo, ideal para reconstruir. Pero eso ya lo sabrá la descendencia de nuestra descendencia: dejad de perder el tiempo con las desgracias arqueológicas y seguid haciendo el RCDE del siglo XXII.