Era martes, hora de machacar la espalda en el gimnasio. Me había dejado la hoja con el entrenamiento en casa. Y aunque lo tenía todo muy presente en mi cabeza, preferí ir a buscar mi teléfono por si me confundía con algún ejercicio. Y es que tengo un reto enorme, volver a competir con los mejores y la ilusión intacta por recuperarme al cien por cien.
Accedí a mi móvil donde tengo todo el plan de entrenamiento y justo en ese momento me llegó un mensaje de Jordi Luengo encargándome un articulo para este periódico sobre la palabra ILUSIÓN. Le dije que sí al momento y luego me entraron las dudas… pero va en mi forma de ser. Primero te tiras de cabeza y luego ya te planteas si llegarás.
La ilusión de nuestro RCDE es creer en lo imposible o en lo muy difícil. El camino a Glasgow, la salvación de Coro o el simple Tamudazo… Nuestra historia vive de la magia en momentos únicos. Hoy debería ser uno de esos días especiales para el aficionado. Volver a Europa para crecer, para cortar el de goteo de socios que se van, pero sobre todo para cambiar una mala dinámica y volver a llenar el estadio. La gente quiere volver a volar por Europa con su equipo (ahora los billetes son más baratos que hace unos años). Nuestro club vive una época de falta de motivación, una travesía por el desierto donde cada vez nos queda menos agua, como a Rubi a media temporada. Si no hubiese sido por esa dinámica, ¡estaríamos en Europa luchando por la Champions! Pero la gran frustración es creer en cosas que no van a pasar o que podían haber pasado. Así te amargas la vida, porque por la misma regla de tres podría decir que si tuviese un trineo mejor sería medallista Olímpico… pero no me hace falta para ser feliz. Disfruto de los retos como el de volver a la competición o mejorar mis tests de verano. La felicidad va directamente relacionada con la ilusión. Yo prefiero vivir el ahora y soñar con retos imposibles y no pensar en lo que hubiese sido. El pasado es historia y no lo puedes cambiar, el futuro sí que lo puedes edificar y el nuestro es volver a Europa.
Creo en mi equipo, hoy será un día histórico y aquellos que sentimos el RCDE volveremos a vivir la magia del primer beso. Esas mariposas en el estómago, abrazar a tu padre o hermano cuando el partido acabe. Mientras abandonemos el estadio debatiremos a qué ciudad europea nos gustaría ir. Mi lista es: Salzburgo, Múnich, Lillehammer, Dresde, Frankfurt… cerca de mis circuitos para poder llevar a mis compañeros de Skeleton al campo. Quiero que la gente que siempre me pregunta por mi sentimiento pueda disfrutarlo en Austria, Alemania, Noruega, Rusia…
La internacionalidad del equipo es el futuro y este pasa por Europa. Este equipo, este club y, sobre todo, esta afición se merece ser feliz y nuestro tren es EUROPA. Hoy nos toca empujar la locomotora porque TODOS iremos a Europa. Sin miedo, con esperanza y con ILUSIÓN: ¡Fuerza Mágico Espanyol!
