No se podía empezar peor el primer partido en Cornellà frente al Leganés, un conjunto a priori asequible pero que en la primera parte ha dominado en todas las facetas del juego, muy bien organizados en defensa, con un trivote en el centro con R. Pérez, Eraso y un jugador como Gabriel que ha llevado el peso ofensivo y que en ningún momento Javi Fuego y Jurado primero, y Granero después, han sido capaces de presionarlos con eficacia y fruto del dominio ejercido se iban sucediendo jugadas de gran peligro cerca de la portería de Pau hasta el gol, que ha supuesto un mazazo de difícil solución. Sólo en los últimos cinco minutos parecía que podía llegar el empate sin conseguirlo.
La lesión de J. López y la falta en el banquillo de un lateral como M. Navarro para suplirlo, Quique ha optado por H. Pérez, un jugador muy impetuoso y poco dado a mantener la posición, más los cambios de posición de Jurado y Granero, se han trastocado tanto los planes que con el gol en contra, y esta circunstancia el Espanyol no era el equipo que nos tiene habituado, teniendo que proponer un estilo completamente diferente y es cuando aparecen los defectos y faltan ideas.
Esperábamos una reacción en la segunda parte, que aunque se ha producido, no ha sido suficiente ni para empatar, con la esperada entrada de S. García el equipo se ha venido arriba pero más por el ímpetu que por juego. La respuesta del mister Garitano, viendo que se le podía complicar el partido, ha dado entrada a un central cambiando el dibujo inicial pasando a jugar con una defensa de cinco, cuatro en el medio y un punta para asegurar el resultado y lo ha conseguido, a pesar de que el Espanyol ha gozado de una ocasión muy clara de Baptistao, pero no era suficiente para doblegar a un equipo con las ideas muy claras de cómo afrontar el partido.
La sensación que han dejado los de Quique ha dejado fría a la gente después de las buenas prestaciones en Sevilla, no es para alarmarse ni mucho menos, pero cuando el equipo lo sacas de su estilo, que tan bien lo hacen, el plan B, obligado por las circunstancias, no es capaz de tener las mismas prestaciones.