¿Se acuerdan de José Cobos? Los que tengáis menos de 25 años no lo habéis podido ver jugar en directo con el Espanyol, ya que dejó el club en verano de 1998, por diferencias con un entrenador, pero seguramente habréis oído hablar de él. Este pasado miércoles tuve la suerte de poder entrevistarle en el Twich de La Grada y, sinceramente, me sorprendió positivamente. En esa época, cuando iba cada partido a Sarrià y, posteriormente, a Montjuïc era uno de esos jugadores que me llamaba la atención. Se trataba de un futbolista que no era un diez, posiblemente, en nada, pero seguramente un notable en todo. No se puede olvidar que llegó al Espanyol con mucha experiencia, al venir de un grande de Francia como el PSG. Pese a venir de un grande de Francia pronto se puso el traje de faena. Se implicó al máximo y, tras mi conversación con él, me dejó claro lo mucho que significó, y sigue significando, el Espanyol para él.
Más allá de su aportación futbolística, que fue importante, me quedo con su implicación. Este pasado verano hasta 17 jugadores dejaron el Espanyol y la mayoría con más años en la entidad que los que estuvo José Cobos. Me gustaría poder ver dentro de 25 años como estos jugadores recuerdan su paso por el Espanyol. A Cobos ese año y medio en nuestro club le marcó de tal manera que sigue siendo un perico más. Entre las muchas frase que me dejó el otro día, hay una que deja clara su integración en el club. “Firme por cinco años con el Espanyol y fue una lástima no seguir. Si hubiera podido continuar, aún seguiría viviendo en Barcelona”, me reconoció. Una situación que contrasta mucho con la que hemos vivido recientemente con un jugador que no ha querido seguir defendiendo nuestra camiseta. Los dos entraron en la historia del club por sus goles, uno por ser Pichichi y el otro por cerrar la cuenta goleadora perica en Sarrià, pero los recuerdos son muy distintos.
Y es que Cobos fue uno de esos jugadores con los que rápidamente se identifica la afición. Se hizo querer por su entrega en el campo, implicación y anteponer al equipo por encima de él. Jugó de lateral derecho, izquierdo y medio. Rendía donde le pusieran. Y tuvo un gran respeto a la afición del Espanyol. Cobos era de los que siempre saludaba a la hinchada, sobre todo a los que se desplazaban para ver al equipo fuera de casa, y esto hizo que se fuera ganando el cariño de todos los pericos. Una afición que incluso le hizo una canción inolvidable para los que vivimos esa época en directo. Con la música de los Picapiedra, desde las gradas se entonaba el ‘José, José Cobos..la lalala la la’.
¿Qué costaría tener más José Cobos en la plantilla? Y qué bien nos iría para el vestuario y para enganchar a una afición que necesita jugadores como él.