No se ha podido ganar en el partido que mejor se ha desenvuelto el Espanyol con el balón en su poder.
Buenas transiciones y combinaciones sobre todo cuando se podía superar la primera línea de presión del Levante con cinco jugadores en esta zona. Y cuando se llegaba a la frontal del área se presentaban ocasiones claras.
Diría que hasta este partido no se creaban cinco oportunidades tan claras para que los tres puntos se quedaran en casa. No obstante el Levante ha sido el mejor rival hasta el momento. Un equipo bien trabajado y con jugadores muy interesantes, que hacen una labor de ida y vuelta sin miedo a ir al ataque si la ocasión lo requiere.
Las alternativas en el juego no benefician en nada a los de Quique, que prefieren no ceder tantos espacios.
Este equipo está creado para defender con las dos líneas de cuatro bien ordenadas, que dificultan enormemente la llegada de los atacantes y ayer el equipo estaba más expuesto que en otros partidos. Además, la falta de acierto de cara a puerta y la decisión del árbitro en anular el gol de Gerard han pesado de manera decisiva.
Quizá no estamos acostumbrados a que en un partido se presenten estas ocasiones, cuando el equipo se ha caracterizado más por disponer de pocas, pero con una efectividad notable para conseguir victorias.
Una efectividad que tiene que llegar de nuevo, cuando algunos jugadores vayan cogiendo más el tono como S. Sánchez y en concreto S. García, que va mejorando y esperemos que en un plazo no muy lejano esté al máximo nivel para el bien del equipo.