Alumbró Granada la primera gran final de esta historia de supervivencia. No hace falta recordar la fecha: domingo, 12 horas, RCDE Stadium, ante el Mallorca. Ya lo era antes, de acuerdo; pero tras la derrota de ayer se instala el partido de lleno en el plano emocional: el salir del pozo, el ganar por fin en casa, la prueba de fe, la ilusión generada por Abelardo. Todo estará en juego. De una tacada. El día más vital de los últimos tiempos; quizá el más mortal. No queda otra que generar energía positiva y compromiso. Rebelión ante el descenso y frente a todos los que lo desean. El punto de inflexión contra la rendición genuflexa. No va más.
La derrota balear en casa contra el Valladolid (alabados sean Sergio y Ünal) y la del Celta en Mestalla (gràcies, Sant Carlos Soler i beat Celades) amortiguan el desasosiego. Mr. Chen ha revestido su submarino con misiles nuevos y una coraza mejor, pero no hay solución para las vías de agua que lo echan todo a perder. La dimisión de Naldo a los 12 segundos de la reanudación dibuja la caricatura grotesca de este curso. De qué sirve, de qué vale todo, si de cualquier soplo en contra acaba convertido huracán. Carlos Fernández y Machís se pusieron las botas con el hara-kiri perico. Y todo el trabajo, echado a perder. Si Abelardo tiene ante sí una gran Misión, acabar con la fragilidad es la primera meta volante… y urgente.
Debe el asturiano, desde luego, aprender la lección del Nuevo Los Cármenes. Los mejores deben de jugar y en su sitio. Eso implica Matías Vargas a la izquierda (tres centros de gol, incluido el poste de RDT), Darder donde más pueda generar y plantearse si el 4-2-3-1 no le caería mejor al equipo, dejando a Calleri para los momentos tremendos. Este Espanyol necesita marcar dos goles por partido para sumar y neutralizar sus penalidades. Y oigan: este equipo los tiene y hay que propiciarlos.
Ya lo dijimos tras lo de Villarreal. RDT es el principal argumento para creer. Qué lujazo de tipo, cuánto arrojo, clase y malicia. Pero los rivales se van a blindar ante él, como hizo el Athletic. Por lo tanto, toca generar incendios a su alrededor. De Tomás genera espacios por mera presencia y hay que acompañarlo con desequilibrio para propiciar el descosido de los rivales. La ambición táctica compensará los errores estructurales. Pero salvarse solo será posible desde la firmeza emocional y la mente clara. Elige y haz tu magia, Pitu.