Todo entrenador cuando se incorpora a un nuevo equipo o comienza una nueva temporada desea tener ese líder de vestuario que le ayude en todos los momentos de la competición y aún más en las situaciones más complicadas. Pero tener un verdadero líder en la plantilla no siempre es fácil. Muchas veces cuesta encontrar a ese jugador al que el resto de compañeros le reconozcan sus capacidades de actuar como un guía o jefe de grupo. Un líder ha de trabajar como el que más, motivar, dar consejos y ayudar a sus compañeros… Y es que el liderazgo va relacionado con el compromiso, picardía, compañerismo, empatía y ambición. En el Espanyol hay algunos y ahora con la vuelta de David López se recupera a uno de sus jefes del vestuario. Gran noticia.
A sus 30 años recién cumplidos debe tirar de galones y ayudar a crecer al equipo y a Calero para que recupere su mejor versión, como ya hizo con Hermoso al que ayudó a ser internacional. Su vuelta al once ha de ser un punto de inflexión para que el equipo se haga sólido atrás y, poco a poco, vaya mejorando sus sensaciones y olvide este mal inicio de campeonato.