Cómo han cambiado las cosas. En la etapa anterior a nadie se le habría ocurrido convocar una Junta de Accionistas un martes y trece por miedo a lo que pudiera pasar. Ahora no pasa absolutamente nada. Ni siquiera los de Genética Perica tomaron la palabra en la Junta para dar su parecer.
Qué lejos quedan aquellas Juntas en las que volaban sillas. Lo único que nos las recordó ligeramente fue ver a Ornaque en pie blandiendo papeles increpando directamente a los miembros de la mesa presidencial, claro que en otro plan; ya no había Sarrià por enmedio que salvar. De hecho ya no queda nada que salvar…
También es curioso comprobar que aquellos contra los que se enfrentaban los Ornaques de turno ya no están. Pero sigamos mirando adelante no sea que como le ocurrió a Edith, la mujer de Lot (según la Bíblia) nos convirtamos en estatuas de sal si miramos atrás.
Y delante tenemos un futuro lleno de ilusión. No en vano el próximo año, en el calendario chino que es el que ahora rige nuestro destino, será el año del Gallo y según dice Wikipedia es “el signo de la madrugada y el despertar. En 2017 el triunfo y el éxito solo se pueden lograr a costa de mucho trabajo y paciencia”. ¿No les suena de algo? El año que viene el perico despertará del largo letargo y se puede convertir en un verdadero gallo de pelea y lograr grandes éxitos.
La última incorporación al Consejo, un verdadero ‘number one’ económico, copresidente de un fondo de inversión chino, ya marca el camino que recorrerá esta empresa de fútbol y por dónde llegarán las inversiones millonarias. Creo que este gallo perico va a lograr grandes hazañas. Éxitos como el que todos esperamos para mañana, que sería otra señal de que nuestra historia ha cambiado.
La táctica de Quique
Toda la semana se repite dentro de mí la misma frase: ‘la serpiente emplumada’. Como ya sabréis, es una figura mitológica Maya relacionada con la lluvia, pero yo lo veo más como la táctica que debe utilizar Quique para asaltar el Camp Nou y traernos una victoria que caería entre nosotros como una lluvia de felicidad.
Los pericos deben convertir sus plumas en escamas y mutar en una terrible serpiente. Recogidos atrás, guardando nuestra portería en un nudo gordiano imposible de desatar para luego salir a toda velocidad y asestar el mordisco mortal a la ‘hidra culé’, -como diría el mítico Xavier Canyellas-. Una peligrosa hidra que te puede dejar petrificado si logra hipnotizarte con su juego.
Me encantaría poder titular un gigantesco: ‘Ladran, luego cabalgamos’, si logramos un triunfo y provocamos la explosión verbal de todos aquellos que tanto nos ningunean.
¡A por ellos, oe! ¡A por ellos eoe!