Todos tenemos alguna experiencia de salvarnos por la campana, de llegar por los pelos. Como cuando el tráfico te impide llegar con tiempo al aeropuerto y oyes por megafonía que debes pasar por el mostrador del último minuto a coger tu billete. Así llegó Darder a un balón presionado y le dejó el equipaje al chino para que facturara el vuelo que nos confirma el asiento de Primera división.
El mérito de las paradas de Diego es hacerlo en un área sin desbrozar, llena de piernas rivales y propias que impedían la visión.
El partido de Óscar Gil es para marcar con trazo grueso en el apartado de destacados, con acciones al límite ante Javi Galán.
No paraba la segunda línea del Celta de intentar sorprender en llegadas, a las que Calero no les daba cuartelillo.
Cabrera se metió en vena el modo ‘Seis naciones’ y todo lo que llegaba a tres cuartos de campo lo devolvía con patada arriba y dirigida.
Tuvo Pedrosa fases en las que iba más rápido que el encuentro y llegaba al fondo cuando la transición de los compañeros aún estaba por llegar.
Cuando Keidi se planta como un ‘all black’ no hay quien pueda. No es que les baile la haka, pero intimida lo suficiente.
Definitivamente, Darder es un futbolista de culto. Corresponde al público su aceptación o descarte.
Las dos caras de la moneda para Yangel, que se encumbra o se diluye demasiadas veces en los 90 minutos.
Para no hacernos más daño, sobre Embarba hagan un copiar/pegar de cualquier opinión anterior y servirá como valoración.
A Puado le falta gol y sigue pendiente de esa asignatura para aprobar el curso de ‘1º de Benzema’.
O el miedo a una recaída o la angustia del poco fútbol nos dejó un RDT bajo en calorías.
De todo lo que salía a calentar en banda, no imaginé de primeras las opciones escogidas: Vilhena, que va camino de que le digamos ‘arrivederci’; el Balón de Oro Wu Lei, que hizo el gol que le libra de ganarse el premio pelota de cartón; y David con Aleix para cerrar cualquier resquicio en los tres de añadido.
Tres puntos cuando el duelo llevaba aroma de biscotto. Vencer sin convencer, dato que hipoteca las ilusiones del aficionado. No es poco viniendo de Segunda. Y respecto al plebiscito, tímidos apuntes de un personal hastiado que deja aplazado para fechas posteriores. Será que estamos acostumbrados a pactar con el diablo. Ese que cuando se aburre, mata moscas con el rabo.
Darder es un jugador de culto… gran frase… me la apunto
" …personal hastiado ".
Tal cual. No tenim ni forces per demanar la dimisió de Rufete i VM. Pena de club.