Llegado agosto, nos disponemos a empezar las vacaciones, aunque sin quitar ojo a la actualidad perica. Un mes siempre curioso por lo dispar de nuestras costumbres. Los futbolistas encaran la recta final de su preparación para empezar el campeonato y los demás no sabemos si veremos las dos primeras jornadas debido a nuestros destinos. Me sumerjo en la tranquilidad sabiendo en las manos en que se encuentra el proyecto deportivo. No me preocupan nada las noticias de cada día en los periódicos sobre nuestra actualidad. Tengo claro que al frente de la nave hay personas de mucho calibre humano y deportivo para hacer o deshacer lo que crean oportuno. Siempre me ha gustado trabajar así. Confianza plena en los profesionales ejecutivos y los demás, a descansar que también nos lo merecemos. Me gusta la pretemporada realizada y las decisiones tomadas. Es tan difícil tomar decisiones y obtener la aprobación del respetable… Así, sigo creyendo en la unión como único sentimiento para romper barreras y realizar lo imposible. Un buen test será el primer partido de Liga para saber de los sueños de los hombres de Rubi. A mí me da igual perder, pero si tenemos que caer que sea por valientes y atrevidos y no raquíticos y cobardes. Sufrimos demasiado la temporada pasada y costó sacarse el lastre que nos hundía en el pozo para volver por ese camino de la ambigüedad deportiva. Toca florecer y volar, hacer creer a la afición que unidos podemos y lo imposible es posible si nos esforzamos juntos hasta la extenuación. Quiero ver al Espanyol brillar y ser admirado por los demás. Posiblemente necesite unas vacaciones o me haya dado un golpe de calor, pero yo creo en Rubi, Perarnau, Rufete y Tamudo. Me voy de vacaciones pero con ganas de que esto empiece una vez más.
OPINIÓN
