No podemos negar que nos ha sorprendido la configuración final del primer equipo. Que estemos ante la plantilla con más canteranos de la historia (ver páginas 2-3), es algo con lo que nadie contaba. Aunque responde perfectamente a la filosofía que Oscar Perarnau quería implantar en el Espanyol (que consistía en recuperar a jugadores con ADN perico), daba la sensación de que íbamos por otro camino. Pero, como dice el dicho: bien está lo que bien acaba.
Una de las críticas más habituales que se le hacen al Espanyol, desde las filas blanquiazules -al resto les importa un pito lo que hagamos- es que el club parecía navegar sin un rumbo fijo; sin una idea clara de lo que quería ser. El famoso ‘Jo cantera’ de los años ochenta siempre ha sobrevolado el ‘niu’ perico pero nadie ha hecho una apuesta decidida por lograr un equipo con más del 50% de canteranos. Recuerdo que se llegó a hablar de que el objetivo tenía que ser un equipo con un 70% de jugadores de casa. El malogrado Manel Casanova siempre dijo que podíamos estar al nivel del Athletic con jugadores de casa, pero nadie le creyó. La realidad siempre ha sido que se ha echado mano de la cantera cuando no ha habido más remedio y no todas las ‘hornadas’ han sido buenas.
Estamos ante una (otra) ocasión histórica para relanzar el club socialmente. Los éxitos deportivos que puede lograr este equipo tendrán el valor añadido de conseguirse con jugadores con ADN perico. El departamento de comunicación debe ponerse manos a la obra para explotar como se merece ese ‘fet diferencial’. Incluso la Fundació debería poner el foco en ese aspecto por lo que supone de educativo.
Se tiene que machacar hasta la saciedad, hasta que todos los aficionados al fútbol españoles sepan que la cantera de la Dani Jarque es la más prolífica de Catalunya. Y los de aquí, que es el camino más corto y seguro para llegar a Primera.
La apuesta económica de Chen ha facilitado la vuelta de jugadores que se habían revalorizado en el mercado y es un gustazo oírles declarar su profundo agradecimiento al club que les formó y sus ganas de triunfar con la blanquiazul. Entre su veteranía y el hambre de los que vienen de abajo podemos armar una gran escuadra.
A pesar de que no se han podido gestionar correctamente las salidas y hay jugadores que tendrán pocas oportunidades y se irán en invierno, podemos mejorar lo logrado la pasada temporada. Sería fantástico empezar a demostrarlo el próximo sábado.