Una vez más el equipo se quedó a las puertas de una victoria que hubiese significado una clara oposición para ocupar la séptima plaza.
Errores puntuales en defensa y unos cambios de dudoso resultado, dan al traste con las dos ocasiones en las que el equipo se había adelantado en el marcador, que hubiesen sido tres si el VAR no hubiera anulado un gol al filo del descanso que precedía una enorme jugada de Marc Roca.
No sería justo hablar de falta de intensidad, pero sí de incapacidad para cerrar, por enésima vez en lo que va de temporada, un partido que se había puesto de cara en el marcador.
Jugó el Levante la recta final de partido con un jugador menos tras la expulsión de Rochina, sin embargo, fue a partir de este momento cuando mejor y más claras oportunidades tuvo el equipo valenciano.
Quizá se perdió ayer el último tren para intentar jugar por algún objetivo esta temporada, con lo que nos queda de aquí al final es un mero tránsito.
Paradójicamente, esta situación coincide con el gran momento de forma de algunos jugadores, que parece que han alcanzado de nuevo el alto nivel como el mostrado durante las primeras jornadas de la temporada.
Cabe destacar especialmente el partido realizado por Marc Roca, marcando dos goles siendo uno anulado, y realizando un partido espectacular.
En definitiva, nos vuelve a quedar a los pericos un sabor a derrota con un empate y la seguridad de saber que, si el equipo hubiese tendido algo más de oficio durante los partidos en los que había logrado adelantarse en el marcador, hoy por hoy la situación en la tabla y los objetivos serían totalmente diferentes.
