Hace tiempo reclamábamos que nuestro RCD Espanyol con sus 118 años de historia estuviera dirigido por profesionales. Pero profesionales que nos entendieran y si fuera posible, que lo es, fueran de los nuestros. Uno de estos profesionales, el Sr. Guasch, cuando nos cuenta la milonga de la sectorización de nuestro estadio parece no enterarse de que la Liga de Fútbol Profesional multará a los clubs que ofrezcan sensación de vacío en sus estadios; los clubs están obligados a ubicar al público en las zonas más barridas por las cámaras de televisión.
Luego está la campaña de los precios de esta temporada. Realizando una comparativa entre la temporada anterior y la actual, los aumentos son más de los 50 euros de promedio en algunos casos sobre todo en los adultos y en los jubilados, pero lo más sangrante es la subida de los carnets infantiles. Esto demuestra que el futuro de nuestro club, que son los niños, les importa muy poco, o nada, porque encima son estos los más perjudicados por los horarios entre semana ya que la mayoría de los niños no pueden asistir.
El Sr. Guasch ahora justifica la subida de los abonos diciendo que si hay beneficios quiere comprar un autobús y pasearlo por los colegios, gastarse 180.000 euros. Le doy una solución más barata y fácil: invitamos a 10 colegios por partido en casa (excepto los de alto riesgo) un promedio de 100 niños por colegio, 1.000 por partido. Estos niños han de tener una experiencia impactante. Se les hace venir una hora antes del partido y les da la bienvenida el presidente, acompañado por jugadores que no estén convocados aquel día. Se les regala una bufanda, por ejemplo, y se les explica la historia de nuestro club. (Precio bufanda 5 euros, por 1000 niños = 5.000 euros por partido).
Para llevar la dirección de nuestro club no hace falta pagar estos sueldos a estos profesionales culés que, con la colaboración de algún perico a sueldo, (que solo espera cobrar a final de mes y que no lo despidan) están hundiendo cada día más a nuestra entidad, con el beneplácito de un dueño a 12.000 kilómetros de distancia, que creo que no se entera de la misa, la mitad. Aunque esta semana se habrá enterado de algo, ya que Rastard Group en un solo día ha perdido en la Bolsa de Hong Kong – 9´73% y una de las causas era los problemas de una de sus empresas del grupo, un RCD Espanyol que cuando lo compró en el 2016 la acción de su grupo cotizaba a 18. Y el máximo lo tuvo un año antes, en 2015, cuando planificó la compra de nuestro club. Por aquel entonces, la acción estaba a 22.
Desde el primer día que llegó se rodeó de una serie de señores. A Adolf Rousaud Viñas, Mao Ye Wu, Lu Zuilan, Wang Lirong, Zheng Zefeng, les siguieron Àlvar Mallafre y se añadieron otros como Roger Guasch. Toda una corte de culés y algún chino que el nombre de nuestro club, sí que le sonaba a chino, valga la redundancia. Nos hablan como si hubiese miles de clientes potenciales esperando la oportunidad de ser socios (ojalá fuera así). Nos quieren explicar sentimientos pericos a gente que llevamos toda la vida luchando por esta entidad.
Este club solo lo podemos salvar los aficionados que somos los verdaderamente importantes, porque un club sin afición es un club muerto y mientras haya pericos, nuestro club nunca desaparecerá, porque lo mejor de todo es la afición y si hemos resistido 118 años, seguro que resistiremos muchos más.
No subestimeu la ‘Força d´un sentiment’, heu aconseguit que molts pericos es posin d’acord en un parell de dies. I mira que és difícil. Visca L´Espanyol.