Por culpa del árbitro de ayer en la Rosaleda, la Catalunya perica no pudo alargar la sonrisa hasta el lunes. Un penalti de esos que, como muy bien dijo Pape Diop, “solo nos pitan a nosotros” truncó el gran trabajo de los currantes del Espanyol.
Los de Galca ayer actuaron como si de un escuadrón militar se tratara. Virtudes como el orden, el trabajo y el esfuerzo, tan marciales ellas, fueron su seña de identidad a lo largo de los noventa minutos del encuentro.
Cuando el mister llegó para suceder a Sergio González nos aseguró que su juego sería de ataque. Lo que sí nos ha quedado claro, tras las últimas jornadas, es que sabe organizar una buena defensa.
Ayer se enfrentaban dos equipos que han vivido situaciones paralelas a lo largo de la Liga y que, en este final de trayecto, se están mostrando muy serios. Dos equipos en una posición muy parecida en la tabla pero que, antes del encuentro, mostraban unos datos que evidenciaban una de las diferencias fundamentales. Con un registro de goles a favor prácticamente igual: 29 de los malaguistas por 31 de los pericos, llamaba la atención que los espanyolistas habían encajado el doble de goles: 56 los de Galca por 28 los de Gracia. Lo que pone de manifiesto que los pericos han tenido que sufrir más para llegar hasta aquí.
Pero esa vía de agua parece definitivamente tapada por los del rumano, aunque siguen encajando fuera de casa, por eso debió salir al campo de La Rosaleda con esa formación de ‘tortuga’, como si de una legión romana se tratara. Y defensivamente, el equipo fue una verdadera roca. Entre eso y la estrategia, muy bien trabajada por los blanquiazules de aquí, los de Galca lograron adelantarse en el marcador a los once minutos de juego.
Diop volvió a marcar de cabeza, rematando un córner y fue a celebrarlo, otra vez, con el banquillo, esta vez con Cañas. El senegalés ya no solo da equilibrio, también gol.
El Espanyol se plantó en Málaga con un plan muy bien definido y perfectamente elaborado y solo la bisoñez del trencilla, pitando un piscinazo de Juanpi en el área local, y no viendo los tacos en el pecho de Óscar Duarte en la otra, les arrebató de las manos la posibilidad de conseguir una victoria que habría sido un premio a la implicación colectiva y un salto en la tabla de esos que te hacen olvidar los malos momentos.
El esquema táctico trazado, con el equipo bien armado atrás, con ayudas constantes. Con la novedad de cambiar el papel que había desempeñado Diop por Óscar Duarte, para que éste cubriera las salidas de los centrales; con el mejor Duarte recuperado para el lateral, y una gran intensidad defensiva de todas las líneas, el equipo desactivó al Málaga que apenas inquietó a Pau. Y a la que se recuperaba el balón, se buscaba a los de arriba, con un Gerard Moreno que cumplió perfectamente su papel. Tanto que sorprendió su cambio ‘automático’ por Caicedo…
Y cuando falló el plan, ahí estuvo un Pau que, como viene siendo habitual, volvió a ser determinante: en el 43’ detuvo un balón al más puro estilo Kameni: reflejos de relámpago que valieron el punto.
Con el punto conseguido ayer, este Espanyol, 100×100 práctico, alarga su buena racha y afianza su posición en la tabla. Ahora toca ganar al Atlético para dar por bueno el empate, como ocurriera tras el partido en el Nuevo Los Cármenes y la victoria sobre el Athletic.
El sábado, partidazo en Corneprat. ¿Te lo vas a perder?