Se inició ayer una nueva etapa con el estreno de Javier Aguirre como entrenador del RCDEspanyol, aunque pocas cosas diferentes pudimos ver debido a que solamente llevaba dos entrenos con sus nuevos jugadores. Cabe destacar la apuesta por la experiencia, con la vuelta al once de Colotto en detrimento de Raúl Rodríguez y las titularidades de Simao, único jugador de los de ayer disponibles que ya ha tenido a sus órdenes, y Stuani. Confió el doble pivote a Víctor Sánchez y Baena, asignando al primero el trabajo de contención por delante de los dos centrales, y dejando al segundo con más libertad para contrarrestar las posibles superioridades del Granada en el centro del campo. Una tarea muy sacrificada y poco vistosa. A partir de ahí se vio a un equipo que tiró más del fútbol directo que del juego elaborado al que estábamos acostumbrados. Ser más prácticos era la consigna. Sumar ayer era básico de cara a recuperar la confianza aunque el premio en la clasificación no sea visible. Costó entrar en el partido, arrastrados por la inercia de un rival también muy necesitado. Pasado el ‘temporal’ inicial es cierto que el poco peligro que llegó a nuestra área fue bien resuelto por, principalmente, el triangulo formado por los centrales más Víctor Sánchez y, en general, por la solidaridad y el esfuerzo del resto.
A partir de mañana el técnico trabajará para inculcar a sus jugadores su sello con el objetivo de llevarlo a la práctica este viernes contra el Sevilla, será a partir de entonces cuando empezará realmente la etapa Aguirre.
Yo me despido de vosotros, dado la incompatibilidad de mi nueva etapa en el fútbol base con una columna de opinión de nuestro club. Os dejo en buenas manos y con el convencimiento de que tendremos un final feliz.