Posiblemente Constantin Galca pudo leer esta columna por internet desde Bucarest, Rumanía, hoy hace justo una semana. Posiblemente Constantin Galca lea esta columna desde un hotel en la zona del Fórum de Barcelona. Posiblemente Sergio González lea esta columna desde casa mientras que hace una semana pudo leerla por internet desde Vigo. Todo pudo pasar hace tan solo una semana. Todo puede pasar hoy. Así es el fútbol: imprevisible, raro, extraño, justo e injusto a la vez. Lo llaman la ley del fútbol.
Que sepa el nuevo míster (ya lo sabe) que su presencia es bienvenida. Me ha gustado el tono y las formas con las que ha empezado Galca. Claro, el martes era la copa. Es una ruleta rusa. En casa, ante el Levante, o pasas o fracasas. En nuestra bombonera esta tarde veremos algo más de su propuesta, que desde luego parece atractiva… sabiendo que no tenemos todo el dinero del mundo para ejercerla.
Por otro lado, viene Las Palmas; es decir que viene Don Juan Carlos Valerón. El chaval es de junio del 75; tiene 40 años. Tan sólo tres más que Galca. La sensación es que todavía tiene cuerda. Valerón inició su carrera en la UDLP. Pero se fue con 22 añitos a recorrer estadios. Y no fue un traidor. No pasó nada. Anduvo en el Mallorca, se fue al Atlético de Madrid, de allí al Deportivo y hace dos años volvió a casa.
Hay pocos como él: por ser honesto, por ser rival y no enemigo, por ser amigo, por ser ejemplo, por tener clase, por no tener jamás una mala palabra con un rival. ¿Qué quieren que les diga? Pues que me encantaría tener un Valerón en mi equipo. Alguien con las mismas cualidades: en efecto, pienso que en ese papel podría haber encajado perfectamente Dani Jarque. No veo más. Pero me gustaría. Y por eso pido una ovación a Valerón, si está de suplente cuando salga a calentar; y si sale de titular cuando se escuche su apellido por megafonía. ¿Que igual nos jode y en el minuto 91 nos marca el gol de la victoria canaria? Puede ser. Pero lo merece, ¡qué caray!
Acabo: tres derbis en diez días con la vuelta en casa. Una eliminación en casa puede ser peligrosa. No es lo mismo que te elimine el Mirandés o el Athletic fuera de casa que lo haga el vecino en Cornellà-El Prat. Sospecho, siendo optimistas, que habrá que vender remontada. Siendo realistas, otros dirán pesimistas, empezaremos el año con tres derrotas contra el Barcelona. De momento, coman turrón y beban cava por lo que pueda pasar. Pero démosle la vuelta al calcetín. Vale, es muy difícil. Casi imposible. Pero…