Hambre para mañana”. Así dice uno de los más sabios refranes del imaginario castellano. En catalán podríamos decir: “Això es foc d’encenalls”. Ambos dichos nos hablan, nos advierten del peligro de querer solucionar los problemas de forma inmediata, chapuceramente, sin pensar en el futuro, es decir, en tratar de evitar que se repita el problema. En el fútbol eso es moneda corriente. Tapamos el agujero con un fichaje aparentemente curioso y Dios dirá… En el Espanyol somos expertos en comprar mal pan que se nos hace duro en muy poco tiempo. Repasen nuestras últimas plantillas y se darán cuenta de qué gran verdad es ésta.
Y todo pasa por no tener una meta, un norte, un deseo claro, un pensamiento nítido de lo que queremos que sea nuestro club. Nunca nos hemos planteado seriamente qué tipo de club –deportiva y sólo deportivamente hablando- deseamos ser. Y por esa misma razón jamás nos hemos propuesto crear una personalidad un “trenà” único e intransferible a nuestro equipo deportivo.
Tenemos una realidad económica que es la más importante, al menos de momento. Y parece que va a durar mucho tal como está organizada la actual Liga Española, con las injusticias flagrantes en que está inmersa. Injusticias que no parece vayan a desaparecer si acaba presidiendo la tal Liga, el inefable, ínclito y mercenario sr. Tebas. ¡Estamos listos! Este hombre es el más conspicuo servidor de los intereses de Barça y Madrid. Y si no, al tiempo.. El dúo merengón-culé va a recibir aún más prebendas y prebostes, con lo que se alejarán también más las distancias entre Zipi y Zape y el resto de los personajes que formamos el TBO de la Liga carpetovetónica.
Yo tengo muy claro lo que me gustaría que fuera el Espanyol: un equipo luchador, no exento de clase, que convirtiera su campo en un castillo casi inexpugnable para los contrarios, donde todos los jugadores dieran siempre el 100×100 de sus capacidades y que quisieran al club como algo propio. Para eso sería necesario que hubieran vivido cerca de él, que conocieran su historia la del barrio donde está ubicado el campo, la de sus gentes, que se comprometieran con las Penyes y acudieran de vez en cuando a los actos que se organizan, que vibraran con el devenir del Club. Y para ello estoy seguro de que todos los jugaodres deberían ser catalanes o miembros de la Liga Española desde un principio. Hay una pléyade de jugadores repartidos por todas las Ligas Mundiales que darían la mitad de su sueldo (es un decir) por regresar al terruño que les ha visto nacer y seguir en compañía de su familia y amigos. Jugadores con mucha clase como Jordi Gómez, como Didac Vila, como Jordi Amat,como Pitti, Crossas, Jordi Figueras,Trasshorras, Bruno, Oriol Romeu, Ignasi Miquel, Crusat, (mucho mejor que Simao y Petrov juntos) Román Golobart, Jonathan Soriano…. 3 o 4 de estos jugadores, añadidos a las bajas obligadas de Christian Àlvarez, Héctor Moreno, Forlín, Colotto,, Mattioni, Simao, Petrov, Longo que, siendo buenos jugadores no encajarían en la filosofía que propongo para el club. Observen que no menciono a Wakaso. Eso es tema de otro artículo. ¡Ah! Si alguien se cabrea tendrá dos trabajos. Y desde luego falta la figura más importante, la del entrenador. Para mi está muy claro. Yo me traería a Roberto Martínez. Lo que ha hecho con el Wigan no tiene parangón.