Se enfadó Vicente Moreno con un servidor por decir que su equipo, el mío, el nuestro, había dado una “imagen patética”. Este adjetivo le molestó, y lo entiendo, pero a fuerza de ser sincero, no fui duro, sino indulgente. Pude haber ahondado de manera mucho más corrosiva en la herida de un equipo que se desangra a chorros prácticamente desde que se vio salvado. Fui indulgente también con el propio míster, puesto que su propia imagen agarrando por la pechera a De Tomás fue suficientemente explícita para certificar la mala salud del vestuario. No sabemos que sucedió allí, pero tampoco importa, porque seguro que no es nada bueno.
No es que el partido nos ofreciese algo diferente a lo ya visto antes. Un Madrid plagado de suplentes jugando al tran-tran nos dejó con el culo al aire cómo y cuándo quiso, poniendo más intensidad en los duelos que nosotros, como ya hizo hace unos días el Rayo. El campeón de Liga te puede ganar siempre, lo sabemos, pero ver al equipo entregar el triunfo sin apenas ofrecer resistencia, es algo que sería profundamente irritante si no fuese antes deprimente. De nuevo Vicente Moreno impugnó con sus actos su propio discurso: si cambió a De Tomás en un movimiento inédito, es porque el rendimiento del delantero estaba siendo patético. Benzema, el mejor delantero del mundo en este momento, demostró en un sprint previo al cuarto gol en el que peleó una pelota antes de que se perdiese por la línea de fondo, que correr no solo no está reñido con la clase, sino que es imprescindible para ser grande en el fútbol. Un tío que es Pichichi y que dentro de cuatro días jugará unas semis de Champions se jugó un tirón muscular en un partido decidido. Hambre, amigos, hambre. No la mostró RDT ni en su antigua casa, la que dicen que le pretende de nuevo. Malas credenciales presentó ayer para que lo refichen, trifulca incluida con su técnico. Aunque para ser justos, la mayoría hicieron los mismos méritos o incluso más para ser señalados. Perezoso y blandengue Yangel, fallón y desesperante Aleix, o el indolente turista accidental Vilhena sin ir mas lejos. A otros, como a Puado, haré como que no los he visto. De hecho, ni se le vio.
El equipo se ha caído y ya no se va a levantar, así que habrá que ver si tiene lo que hay que tener para hacer algún puntito más. Para ello estamos en manos de los futbolistas, o mejor dicho, de los futbolistas a los que les queda vergüenza torera, que tampoco son tantos viendo cómo se arrastran. Los 39 debieran bastar para firmar una salvación que no llegaría ni a la categoría de discreta, pero acabar con estos puntos y no ser capaz de sumar en siete partidos consecutivos y quedarse a milímetros del descalabro, sería una auténtica vergüenza. Todo ello debería bastar a cualquier ser humano medio para decidirse sin ambages a hacer cambios radicales en lo deportivo, pero no sabemos si será suficiente para que Chen tome cartas en el asunto y rueden cabezas. Moreno ha conseguido lo que se le pidió, pero su tiempo en el club ya ha pasado. Rufete está siempre en la diana de todas las críticas y la gente no quiere que siga. La continuidad de ambos no va a aportar más que amargura a la masa social y también a ellos mismos. Nos vamos a hacer mucho daño. Mucho daño. Presidente Chen, sé que usted no me lee, pero si tiene alguien que le quiera bien, espero que se lo cuente. Es muy simple presidente: esto ya no hay quien lo aguante.