Iba a ser una semana movida, con sorpresas. Así lo fue hace un año cuando Álvaro Vázquez se sumó al proyecto de QSF en el último segundo y no podía ser menos ahora, a pesar de las declaraciones de Jordi Lardín después del partido del Sevilla asegurando que no vendría nadie más a no ser que hubiesen salidas. La realidad fue bien distinta. Nadie se quiso ir. Nadie quiere bajarse de este tren. Pocas veces en sus vidas deportivas tendrán un vestuario tan sano, alegre, humilde y profesional como el blanquiazul. Ellos lo saben y están dispuestos a todo con tal de no salir de aquí.
La dificultad era máxima para las incorporaciones debido al mítico tope salarial que aún sigo sin entender. Como tampoco entendí el anuncio a los cuatro vientos, al final de la temporada pasada, sobre la llegada de jugadores de renombre y que después salieran declarando que topaban con el límite salarial. O alguien no hizo las sumas y restas previas a las declaraciones de nuevas incorporaciones o estaban jugando al despiste. Al final de cuentas, entre aquello y las declaraciones post primer partido liguero sólo me queda pensar que alguno merece el Oscar al Mejor Actor porque nada se ajusta a la realidad declarada. Sea lo que fuere, las tres últimas incorporaciones son de un calibre que suben el nivel del equipo. Donde no hay dinero, uno tira de sentimientos. Esa ha sido la estrategia desde la llegada del presidente. Volver a reclutar a los hombres con pedigrí perico ha sido una de las tácticas de la Secretaria Técnica sin lugar a dudas. Ese sentimiento de juventud instaurado en el ADN se entiende como que ningún jugador se romperá tanto el alma en el campo como nuestra gente. Doce son los jugadores con pasado y formación blanquiazul en la plantilla de veinticinco. Un récord de los últimos veinticinco años. Esta plantilla completa obligará a usar todos los dorsales. Sólo queda saber quién será el heredero del dorsal 21 del querido Dani Jarque. Sergio Sánchez es el mejor posicionado. Compañero de Dani en mil batallas, esquivó un final trágico debido a una mal formación coronaria descubierta a tiempo. Puerta y Jarque no tuvieron la misma suerte y ahora Sergio podrá honrar la memoria de su viejo amigo haciendo gala de su dorsal llevándolo con orgullo y nostalgia. Seguro que Dani no puede estar más feliz porque sea él quien devuelva al campo el querido número veintiuno.