La derrota ante la Real Sociedad me dejó, como me imagino que a la mayoría de pericos, muy mal cuerpo. Tocado y muy preocupado. Pese a que sabía que no sería un partido fácil, llegué al RCDE Stadium con la esperanza de que el Espanyol mejorara sus prestaciones respecto a los últimos partidos. Cuando vi la alineación, sinceramente, he de reconocer que no me desagradó. Exceptuando la defensa, que me generaba muchas dudas, las otras líneas las vi interesantes para que el equipo nos ofreciera un buen partido. Pero sucedió todo lo contrario.
Desde el pitido inicial, los de David Gallego mostraron unas carencias muy grandes, demostrando que este equipo no va a ningún sitio. No juega a nada. Y más que aburrir lo que hace es preocuparme y darme miedo. Los jugadores están sin ideas. En nuestra historia hemos tenido temporadas en las que ha costado empezar, pero siempre se veía algún atisbo de esperanza. Ahora no la veo por ningún lado. No creo que tengamos mala plantilla, pero por el motivo que sea, no está rindiendo sobre el verde. Y cuando esto pasa, amigos pericos, ya se sabe que todos los tiros apuntan al banquillo.
Independientemente de la calidad de los jugadores, soy de los que cree que aunque no tengas estrellas puedes hacer una buena temporada si el equipo está trabajado. El Getafe del año pasado o el Granada y Real Sociedad del actual son buenos ejemplos. En cambio ese trabajo no lo veo en nuestro Espanyol. Acepto que la Europa League haya podido condicionar la pretemporada, pero no podemos estar siempre lamentándonos. Eso es pasado, y el presente y futuro es que estamos en Europa, algo que nos ilusiona, pero que si no reaccionamos lo podemos mandar muy pronto al traste.
Ayer vi a unos jugadores andando, cabizbajos, hundidos y sin ninguna capacidad de reacción. La sensación es que no entienden lo que se les pide desde el banquillo o no creen en ese mensaje. Se les veía sin saber qué hacer, fuera de su posición, perdidos, sin actitud y esto solo tiene un culpable. Hacía mucho tiempo que no veía una pitada así en nuestro campo y pedir la destitución del técnico tras solo cinco partidos ligueros. Creo que la mayoría de pericos son conscientes de lo que ha costado volver a jugar en Europa, estabilizar el club y prefiere perder a un entrenador, aunque sea de la casa, antes que correr el riesgo de volver a la mediocridad. Yo también lo quiero así. ¿Y Chen? Espero que también. Él fue quien le puso y quien más se juega con todo esto. Y quien acabará decidiendo. Espero que sea rápido.